Ruta en una 'silla de ruedas' que va a 100 por hora

B.M
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Prudencio Macías pasa por Ávila dentro del reto 'Embárcate, unidos por la esclerosis múltiple'. Afectado por esta enfermedad, realiza un recorrido por España y sus provincias en una moto adaptada

Ruta en una ‘silla de ruedas’ que va a 100 por hora - Foto: Isabel García

Cuando a Prudencio Macías, director de operaciones de una empresa nacional, le diagnosticaron esclerosis múltiple para él fue como entrar en una cueva. Pero hoy ha podido liberarse y lo ha hecho a través del reto 'Embárcate, unidos por la esclerosis múltiple, una ruta en una moto adaptada con la que está recorriendo toda España y que este lunes le llevó a Ávila. Una moto que, como él mismo dice, es «una silla de ruedas, pero que va a 100 kilómetros».

«Yo estuve bastante tiempo encerrado en una caverna porque esta enfermedad es bastante fastidiosa y no la acepté. Y cuando ya me puse en manos de psicólogo decidí hacer algo especial por mí, de forma egoísta, para yo poder liberarme y que mi mente estuviera más relajada, porque los síntomas de esta enfermedad se mantienen para siempre, es una enfermedad degenerativa», explica. Pero a él mismo se dice:«Vamos a seguir para adelante, y vamos a luchar, y vamos a ser felices todo lo que podamos».

Prudencio Macías está haciendo este recorrido por España para dar visibilidad a la esclerosis múltiple. Por ello salió el pasado mes de octubre desde Jerez en un recorrido con escala en todas las provincias del país y con una duración de más de cien días. Ahora ya está llegando al final de la ruta, que terminará el 3 de febrero, pero detrás queda todo lo que está aprendiendo con ella. Su intención era «poner un granito de arena para visualizar esta enfermedad y que los ciudadanos sepan que existimos, que tenemos una enfermedad muy complicada, pero también que los estamentos locales, los estatales y los regionales sepan qué necesitamos, ya no ayudas sino unos presupuestos fijos para las asociaciones y los centros sociosanitarios». 

De la experiencia está aprendiendo a estar con compañeros y «ver la cruda realidad de esta enfermedad, que yo la padezco y la siento y sé que es cruda y es dura», pero también ver personas con diferentes ánimos, «con gente que ya ha aceptado la enfermedad, con profesionales que tienen vocación hacia nuestra enfermedad, la esclerosis múltiple, que conocen desde fuera cómo nos sentimos, qué síntomas tenemos, cientos de profesionales, cientos de sanitarios, cientos de compañeros que me han retroalimentado y dado fuerza para poder seguir adelante»

Y ellos son la «gasolina» para seguir el recorrido, con su parada ayer en el Ayuntamiento de Ávila, dentro de un camino en el que en los trayectos va «pensando, reflexionando y meditando y sacando mis conclusiones y tengo cosas que cambiar yo también a mejor y lo voy a hacer cuando acabe todo esto».

Antes de esta experiencia, Prudencio era motero pero lo tuvo que dejar por temas laborales. Ahora vuelve a subirse a una moto pero a una especial, ya que se tuvo que adaptar. Primero probó una de cuatro ruedas pero no se adaptó por lo que su opción final es una a la que se ha reducido el tamaño, que es «manejable, el tamaño del asiento lo han reducido y la pata de cabra, también ha reducido para que yo pueda, dentro de mi discapacidad, levantar la pierna derecha para poder acoplarla a la moto. Una vez que la moto arranca es una silla de ruedas, pero a 100 kilómetros» y con ella hace este recorrido en el que ya lleva 10.200 kilómetros realizados para dar luz a una enfermedad que afecta a más de 50.000 personas en España y dos millones en el mundo.