Sentido homenaje de Arévalo a su patrón

Alberto Domingo Sáez
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La capital de la Moraña veneró la figura del santo con una misa en la iglesia de Santo Domingo de Silos y una procesión que recorrió las calles céntricas

Sentido homenaje de Arévalo a su patrón - Foto: Isabel García

Arévalo en su programa cultural de fiestas celebra en su ecuador la fiesta de su patrón, San Victorino, en la plaza del Arrabal, dentro de la iglesia de Santo Domingo de Silos. En ella, se honra la memoria del mártir con una Santa Misa y una procesión que recorre las zonas colindantes en su recuerdo con reliquias del patrón. La salida se produjo desde la iglesia de Santo Domingo. 

Cuenta la historia que San Victorino fue asesinado por sus fuertes creencias en la religión cristiana en Roma por Fabiano, el prefecto de la ciudad. Su cuerpo fue trasladado a España en el año 1606 con la autorización del Papa Pablo V. Gracias a los jesuitas Hernando de la Bastida y Ricardo Haller se entregaba su cuerpo al colegio de la Compañía de Jesús situado en Arévalo  el día 14 de octubre de 1608. 

Poco tiempo después en el año 1709, el 7 de julio el Concejo y el Cabildo Eclesiástico de la localidad a petición de los padres de la Compañía de Jesús acordaban celebrar la fiesta del santo el día 7 de julio. En el mes de septiembre, el día 10 en 1610 el obispo lo proclamaba Patrón de Arévalo.

La expulsión de la Compañía en 1767 provocaba que las iglesias dedicadas a honrar su memoria se redujeran a tan solo dos parroquias de las ocho existentes por la reestructuración en el año 1911. Fue la iglesia de Santo Domingo de Silos la que pudo albergar los restos del Santo desde el año 1952 por la aportación de los fieles y el Ayuntamiento.

Hace 8 años que la cofradía San Victorino Mártir  ha conseguido que se lleve a cabo una celebración mucho más solemne durante las fiestas del pueblo para otorgar el respeto al santo patrón de la localidad. Julio San Pedro Rodríguez, presidente de la cofradía desde el pasado mes de junio, destacaba la afluencia de autoridades, ciudadanos e instituciones que «han ayudado a aumentar la repercusión de la celebración». Lo ve como algo positivo para el pueblo que crea un espacio de respeto y fe entre los creyentes.

En total, 47 miembros que forman parte de la cofradía y siguen trabajando de forma diaria para mantener en el espíritu una celebración solemne en Arévalo. Un detalle de la procesión se centra en la figura del santo. Ya que como expresaba el presidente de la cofradía debido a «su fragilidad» se realizaba la procesión con las reliquias del santo.

A pesar de no tener la misma repercusión que las fiestas de la patrona Nuestra Señora de las Angustias, Julio San Pedro afirmaba que se «está peleando para conseguir que tengan la misma repercusión durante los próximos años».

Un dato curioso es que se coloca un pañuelo rojo al patrón el primer día de julio con el inicio de las fiestas del pueblo a pesar de que recuerde a las fiestas de San Fermín. Una tradición que se une a las fiestas de Pamplona, pero que honra la memoria de su patrón.

El recorrido de la procesión tuvo una longitud total de 800 metros. El comienzo se inició tras el final de la misa por detrás de la iglesia, seguido del llamado 'Mirador', lugar en el que se encontraba el antiguo Cine Cervantes, que daba a la plaza de la Villa y con un pequeño giro a la calle Santa María para conectar con la plaza del Real se llegó al Ayuntamiento donde se enlazó con la plaza del Arrabal y se regresó a la iglesia de Santo Domingo de Silos.

El tiempo respetó la salida de la procesión y permitió la presencia de más público junto a las reliquias. La reliquia iba custodiada por dos hombres que llevaban unas túnicas representativas de la cofradía que iban acompañando a los restos y, por detrás, las autoridades presentes en la celebración y tres mujeres con mantilla. Después todos los habitantes de Arévalo que cerraban la procesión junto a miembros de la Policía Local y Protección Civil.  Varios responsables, representantes y miembros de partidos políticos estuvieron presentes en la celebración. 

La banda municipal de Arévalo hizo acto de presencia para tocar durante toda la procesión una serie de temas que acompañaron a las reliquias. Marcaron el paso de la procesión hasta su regreso a la iglesia donde se hizo evidente la comunión entre la banda y la cofradía que con un pequeño baile introducían los restos del patrón de vuelta a la iglesia.

HOMILIA. Antes de la procesión, durante la homilía, el párroco Sebastián Gil agradeció la presencia de todos los asistentes y la del alcalde y diferentes representantes institucionales y políticos en la celebración religiosa. Afirmó lo importante que es para Arévalo «honrar  su memoria y ser fieles a su ejemplo». Un sentido homenaje que duró 45 minutos y que estuvo acompañado por el canto del coro organizado por distintos miembros de la iglesia.

Recordó cómo la pandemia ha sido protagonista durante los últimos tres años en los cuales no fue posible realizar su celebración.Pero mostró una mirada positiva de cara al futuro ante un patrón que tanto representa a la fe y al pueblo.

Uno de los mensajes principales se centró en la fe, ya que sostenía como San Victorino «ha dado su vida por la fe». La base del respeto hacia el santo se enfocaba en el ejemplo.Sebastián Gil sostuvo que el patrón «defendió la verdad ante su propia vida y es un ejemplo para todos los jóvenes que buscan defender la verdad». Una celebración que unió a todos los fieles en la iglesia de San Antonio de Silos y recordó la memoria de San Victorino.