Una etapa frenética con final esperado

L.C.S
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Jornada marcada por una escapada que se formó en los primeros kilómetros, pero que finalmente se decidió al sprint

Una etapa frenética con final esperado - Foto: Isabel García

Más allá del resultado final, lo importante de la jornada ciclista de este viernes es la recuperación de una prueba con mucho caché en el calendario élite y sub'23. Que el pelotón de la Vuelta a Ávila volviera a recorrer carreteras de la provincia, lo hiciera bajo una perfecta organización y se recuperaran aficionados en las cunetas, muchos de ellos de toda la vida, está por encima de todo lo sucedido deportivamente que, además, tuvo mucha miga y fue muy interesante. 

La idea del recorrido diseñado por David Navas es que en las dos primeras etapas no se abrieran demasiadas diferencias para que en la etapa final del domingo, llena de puertos míticos del ciclismo español, hubiera un amplio abanico de corredores con opciones de victoria. 

Pues bien, en la primera etapa se puede decir que se cumplió con el pronóstico establecido, aunque hubo momentos en los que parecía que no iba a ser posible porque una escapada que llegó a superar los dos minutos de diferencia lo puso en peligro. Al final el pelotón reaccionó a tiempo, y la carrera se reagrupó en los últimos diez kilómetros de tal manera que se llegó al sprint al Mercado Grande  y allí Gabriel Ochando (Zamora Enamora) se llevó la victoria por delante de  Thomas Silva (Caja Rural)y Sergio Trueba (Gomur Cantabria).

Una etapa frenética con final esperadoUna etapa frenética con final esperado - Foto: Isabel GarcíaPoco antes de las cinco de la tarde tomaban la salida neutralizada los 108 corredores que iniciaban la XLVII edición de la Vuelta Ciclista a Ávila. El alcalde de Ávila, Jesús ManuelSánchez Cabrera, era el encargado de cortar la cinta de salida, junto al subdelegado dl Gobierno en Ávila, Fernando Galeano, y el director general de Deportes de la Junta de Castilla y León, Enrique Sánchez-Guijo.

Tras un pequeño recorrido por la ciudad, a la altura del parque de El Soto se daba la salida lanzada, y desde los primeros instantes se veía que el viento, primero en contra, luego a favor, iba a jugar un papel determinante en la etapa. 

A poco de lanzarse el pelotón, tres corredores saltaban del mismo, dos de ellos del equipo Maglia Tecnosylva, Owen Lightfoot y Cristóbal Ramírez, y otro del Brocolí Mecánico, Jesús García.

Una etapa frenética con final esperadoUna etapa frenética con final esperado - Foto: Isabel GarcíaPronto comenzaron a abrir hueco y el buen entendimiento entre ellos les llevó  a superar el minuto de distancia en el pasó por Niharra, diferencia que se fue abriendo poco a poco hasta rondar los tres minutos tras el primer paso por Ávila.

Con los Maglia llevando el peso de la escapada, por detrás la falta de un equipo que cogiera la responsabilidad les permitía mantener una distancia que les invitaba a pensar en dar la campanada.

Mediada la segunda vuelta al circuito por el Valle Amblés, aceleró el pelotón, comenzaron a saltar corredores por detrás, entre ellos el abulense Yeray Sastre (Laboral Kutxa), y los escapados empezaron a perder fuerzas. La renta comenzó a bajar y ya en la segunda subida a Riofrío otros corredores, entre ellos Andrea Montoli (Eolo) y Fabricio Herman (Barceló), se les unieron, pero ya con apenas medio minuto sobre un pelotón que a diez de meta se reagrupó y afrontó la recta final con muchos nervios, y ahí el que mejor se manejó fue Gabriel Ochando, primer amarillo de la recuperada Vuelta a Ávila, que volvió a brillar con fuerza.