Con «muchísima ilusión», por lo que significa siempre celebrar una exposición y un poco más porque ésta tenga como 'sala' un escenario tan especial en muchos sentidos, y además y especialmente porque hacerla en la Casa de los Deanes significa para él volver al edificio donde se encontraba el primer colegio al que asistió en Ávila cuando llegó a la capital con siete años de edad –«aquella desaparecida escuela del Puchero que me trae tan buenos recuerdos, donde me dio clase don Cirilo», recordaba–, inauguraba ayer el artista abulense Emilio Sánchez una muestra llena de singularidades, fruto de aceptar una invitación «que agradezco mucho» que le fue realizada por la Asociación de Amigos del Museo de Ávila y por el propio Museo.

Esa exposición, que lleva por título 'Diálogo con el pasado', es esencialmente eso, una 'charla' abierta a muchos participantes en la que el protagonismo de la conversación lo lleva el artista, Emilio Sánchez, pero en la que el pasado es mucho más abierto que lo que sería únicamente su trayectoria creativa, ya que de alguna manera funde esas varias décadas suyas con los miles de años de arte que atesora el Museo de Ávila.

Las 24 esculturas que conforman la exposición, creadas con esa materia prima tan sencilla como rica que es la madera, la piedra y el metal –a veces también la cerámica–, dialogan perfectamente, enriqueciéndose un poco mutuamente, con las piezas, muchas hechas con esos mismos materiales hace ya muchos siglos, que forman parte de la colección permanente del Museo, repartidas aquí y allá con una coherencia temática interesante. No estorban esas piezas nuevas en su convivencia con las 'viejas', al contrario, ya que cohabitan coherentemente, sin estridencias, pareciendo en ocasiones las esculturas de Emilio parte natural del conjunto que las acoge.

Diálogo en armonía del pasado y el presente Explicaba ayer el propio escultor en el acto inaugural de la muestra propia que se intercala con la permanente del Museo que lo que a intentado conseguir es «crear una relación entre el pasado y el presente, entre lo emocional y lo figurativo», en ese espacio «que tantos recuerdos me trae», un edificio histórico al que acudió muchas veces en su juventud porque era plenamente consciente de «cuánta historia y cuánta sabiduría había en él». 

Con su Maternidad instalada en la sala donde puede verse una alcoba tradicional abulense, su pez Abisal en el patio central, su gallo junto a los instrumentos de trabajo en el campo, su Personaje 2 junto a las mascaradas de invierno o sus piezas de piedra acompañando a las rocas vivas del Almacén Visitable de Santo Tomé, lo que ha querido hacer el escultor, resumía, es «relacionar los temas de mis obras con los de las salas que las acogen, buscando una cierta armonía».

Identitario. El director del Museo, Javier Jiménez, destacó que esta exposición puede entenderse como «un diálogo entre el arte contemporáneo y las piezas del Museo a través de esas esculturas de Emilio que tienen un algo de difícil matización y concepción pero que es de raigambre popular y muy identitaria», en parte porque, igual que la mayoría de las piezas que forman parte de la colección permanente que acoge la Casa de los Deanes, «son obras que surgen de la naturaleza y del tiempo».

Jesús María Sanchidrián, presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Ávila, agradeció a Emilio Sánchez «la generosidad» demostrada a la hora de llevar a cabo esta muestra «de unas imágenes muy originales que cobran un especialísimo protagonismo» cuando establecen ese «diálogo entre lo popular y lo contemporáneo».

La exposición, que se inaugura hoy a las 12,00 horas, podrá visitarse en el Museo hasta el día 9 de abril, durante el horario de apertura de éste, que va de martes a sábado de 10,00 a 14,00 y de 16,00 a 19 horas, y domingos y festivos en horario de mañana.