Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Tiempo de espera

04/09/2023

Pues pasó el verano; no sé si la vertiente climática del verano, que tal y como está el asunto de las olas de calor vaya usted a saber si habrá otoño, o si llegaremos a Navidades sin que se hayan caído las hojas de los árboles, pero sí la vertiente ociosa, esa que coincide generalmente con el mes de agosto, aunque también es cierto que cada vez hay más gente que diversifica las vacaciones en distintos momentos. Sea como sea, lo cierto es que estamos en esto que llamo tiempo de espera de lo que vaya a ocurrir en lo que a todos nos afecta e interesa, que es la dirección que tome el país y la orientación que vayan a tener los asuntos colectivos.

Con este tórrido paréntesis por medio, tal vez hayamos perdido algo de perspectiva de lo que nos traemos entre manos tras ese 23 de julio en que pasamos por las urnas. Quien más, quien menos, todos tuvimos la constatación de dos impresiones muy extendidas: que el resultado se apartó bastante de las previsiones y que lo que salió dibuja un horizonte complicado, con números muy ajustados y planteamientos bastante delicados para la gobernabilidad. No hay más que ver las sumas de un lado y de otro, y quienes son los que tienen la llave, y en qué clave se mueven. Como también ocurre que las posibilidades de alguna confluencia, acercamiento, coincidencia o acuerdo entre los dos principales partidos hace ya tiempo que se dió por descartada, y nada hace indicar que esa situación vaya a cambiar, sino más bien todo lo contrario, la expectativa está en cómo y cuándo se llegará al punto de no retorno que es la votación de una investidura con posibilidades de prosperar, que no parece serlo la primera en celebrarse, sino la siguiente, esa de la que podría salir un gobierno.

Mientras tanto, tiempo de espera, quizá largo, quizá no tanto como se sospecha. Sobrevolará, con más o menos intensidad según avancen los acontecimientos, la nube oscura de la repetición electoral. Pero no creo que descargue agua esa nube. A quienes podrían provocarlo no les interesa la repetición a corto plazo; y a quien le interesaría no parece que tenga la capacidad de desencadenarlo. Así que esperar y ver; no queda otra. Y confiar que la contraprestación a unos, que ha de haberla, no suponga una desconsideración insalvable para los otros.

ARCHIVADO EN: Ola de calor, Navidad