Hotel 4Postes.
Álex García (6), Serraro (13), Pilan (7), Aaron Guzmán (6), IanVivero (12) -quinteto inicial- Carretero, Valdivia, Callenbach (9), Dagotto (2), López Yuste (2), Arija, Jaime Queralt-Lortzing (7).
Caja Rural Zamora.
Cabrera (12), Vertes (11), Cachón(12), Pietukhov (6), Krohnert (12) -quinteto inicial- Riesco, Domínguez, Houizot, Yago (1), Ceberio (2).
Árbitro.
Pérez Hernández y Pérez Rodera.
Sin eliminados.
Parciales.
9-4/22-14/27-18/31-25(38-29/ 50-40/ 56-46/ 64-56.
Incidencias.
Encuentro correspondiente a la jornada 3 de la Liga EBA- Grupo ABdisputado en el CUMCarlos Sastre.
Tres de tres. No está nada mal el inicio de temporada de un Hotel 4Postes Ávila Auténtica El Bulevar que sumó su tercer triunfo consecutivo ante el Caja Rural Zamora en una noche donde nunca peligró el resultado pero en la que el exceso de confianza de los locales y sus fallos en ataque, asignatura pendiente, impidió matar el partido cuando había que hacerlo. Quizás por ello la advertencia de Evaristo Pérez, un entrenador curtido en mil batallas. «Hemos ganado a tres equipos a los que había que ganar.Simplemente hemos hecho nuestro trabajo». Hay que tener los pies en el suelo, aunque mejor tenerlos con tres victorias ya en el casillero.
Con un triple (22-14)Jonah Callenbach cerraba el primer cuarto, con cuatro puntos consecutivos (4-0)lo había abierto Ian Vivero. Dominaron los verderones los primeros minutos de partido ante un Caja Rural Zamora al que le costaba anotar y sufría para defender. Aunque Cachón, en dos contras, puso el 6-4, el triple de Álex García (9-4, minuto 4) consolidaba el dominio verderón, sostenido por los buenos minutos del jugador de la Línea de la Concepción e IanVivero, que desde el exterior colocaba el 11-4. No terminaban de desprender a los zamoranos, que encontraron a Vertes en los minutos finales (16-14, minuto 8) con ánimo de cuestionarlo todo. Jaime Queralt-Lortzing y Jonah Callenbach pusieron orden (22-14).
No se iban a dejar ir los chicos de Sergio González, que reajustó la defensa para meter a los de Evaristo Pérez en dudas y problemas. Anotaron Vertes y Cabrera mientras los verderones se quedaban a cero en el parcial durante demasiados minutos. Tres minutos hubo que esperar para ver la primera canasta en el segundo acto del Hotel 4Postes Ávila Auténtica El Bulevar. El triple de Pilans (25-18, minuto 14) fue crucial para evitar el sofoco que vendría después, cuando dos triples consecutivos de Pietukhov hacían posible el 29-25 que festejó el banquillo visitante y obligó a Evaristo a pedir tiempo muerto. Reaccionó bien el Hotel 4Postes Ávila Auténtica El Bulevar antes de que fuera demasiado tarde para alcanzar el descanso con un 31-25 en el marcador y el aviso de que, ante cualquier despiste, Zamora estaba al acecho.
Intercambiaron canastas , o al menos lo intentaron, el Hotel 4Postes Ávila Auténtica El Bulevar y el Caja Rural Zamora tras la vuelta de vestuarios. En el global, la balanza se fue decantando para los locales, que recibieron con agrado el triple de Callenbach (38-29, minuto 26) para certificar en el luminoso la sensación de que al Caja Rural Zamora empezaba a pesarle el partido y que el partido estaba controlado, aunque faltaba por dar la puntilla. Por primera vez la ventaja superaba la decena cuando Sergi Serrato hacía desde los tiros libres el 40-29. Si metía triple Cachón, respondía Sergi (45-34), si lo conseguía Krohnert, lo hacía Callenbach (48-37, minuto 29) para afrontar un último cuarto por delante con un 52-40 cuando Álex García peleaba un último rebote y lograba la canasta sobre la bocina.
Hizo un último intento el Caja Rural Zamora en el inicio del ultimo cuarto. Un parcial de 2-6 colocaba a los chicos de Sergio González con un 54-46. No era inquietante. Aaron Guzmán aseveró que los locales lo tenían controlado (56-46, minuto 35) y lo certificó Alfons Pilan (58-46) a renglón seguido desde el tiro libre. El triple de Krohnert (62-53), muy activo en el tramo final, empujó a Evaristo Pérez a pedir tiempo muerto por si los suyos se despistaban. Porque el triple de Vertes (62-56) a 22 segundos del final apretó un final en el que los zamoranos creyeron que era posible, pero llegaron demasiado tarde a creerlo.