Ávila se convierte en género literario

B.M
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La profesora Sonsoles Sánchez-Reyes protagonizó una conferencia en las jornadas de la Asociación de Vecinos Puerta del Alcázar en la que cedió la voz a escritores que amaron esta tierra

La profesora Sonsoles Sánchez-Reyes, delegada del rector de la Universidad de Salamanca en el campus de Ávila, aprovechó la invitación de la Asociación de Vecinos Puerta del Alcázar a las XX Jornadas de Formación e Información Ciudadana para ofrecer su conferencia 'Ávila en la literatura'. «Una vez oí decir que Ávila es un género literario. Y el motivo de esa afirmación es que muchos escritores de diversas épocas han sentido ese mismo amor y ese interés por Ávila que nosotros compartimos, se han asombrado al visitarla, han meditado al contemplarla, y nos han legado después sus impresiones», decía la ponente en los primeros compases de su intervención. Con ello dejaba ver lo que iba a suceder en su conferencia, que ella misma iba a pasar a un segundo plano parar «cederles mi voz a esos escritores» que iban a presentar Ávila «mediante la palabra desnuda». Esos escritores, dijo, que «son plenamente conscientes de que nuestra ciudad, en su pequeño tamaño, encierra un gran misterio que se esfuerzan por desgranar, perciben que está preñada de esencias que la convierten en un lugar rico de eternidad, que la hermanan con otras urbes con idéntica vocación de resistencia al paso de los siglos».

Se trata de Gonzalo de Berceo, José Jiménez Lozano, Miguel Delibes, Gabriela Mistral, Enrique Larreta, Camilo José Cela, Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós, Gustavo Adolfo Bécquer, Pío Baroja... y también otros como Ernest Hemingway o Alejandro Dumas.

Dentro del amplio y documentado repaso que realizó Sánchez-Reyes se incluían pasajes, de prosa y verso, que rememoraban a Ávila a su tierra, a la capital y a la provincia.

Entre los  muchos a los que hizo referencia se encontraba José Luis López-Aranguren, escritor y catedrático abulense, con el libro 'Ávila de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz', pero también la escritora e intelectual Carmen Conde, primera mujer académica de la lengua española, que «desde niña, solía acompañarse de una estampa de Santa Teresa al ponerse a escribir».

De tierra española hubo referencias a Jorge Ruiz de Santayana, que pasó su infancia en Ávila, y la describía como «una ciudad amurallada, una ciudad catedralicia, toda grandiosidad y granito; sin embargo, es tan pequeña que parece estar en el campo». O Emilia Pardo Bazán, con su «delicioso cuento» 'Temprano y con sol', que se sitúa en Ávila, con dos niños enamorados madrileños que se escapan, toman un tren y van a Ávila. «Esto nos recuerda en cierto modo la escapada de Santa Teresa con su hermano a recibir martirio en tierra de moros», señaló Sánchez-Reyes.

De Delibes recordó que Ávila es «una pequeña Jerusalén» y de Miguel de Unamuno citó «esa ciudad de Ávila, tan callada, tan recogida, tan silenciosa, parece una ciudad musical y sonora». O un «insomne» Federico García Lorca con «Ávila es una ciudad parda, verde, y negra, Ávila es una ciudad de ensueño y poesía».

Fuera de nuestras fronteras hizo referencia, entre otros, a Kate O'Brien, escritora irlandesa de principios del siglo XX, que descubrió Ávila en la década de los 30, con una ciudad que «le fascinó y la visitó repetidamente». También Rubén Darío, el «magistral poeta modernista nicaragüense, que encontró el amor de su vida» en una joven de Navalsauz llamada Francisca Sánchez y a quien escribió el poema 'A Francisca'. O el propio Hemingway, que relató de manera «entusiasta» su estancia en El Barco de Ávila y Navacepeda en una carta de 1931 a un amigo, con la famosa historia de la garra de un oso clavada en la puerta de una iglesia.

Estas son solo algunas de las referencias que Sánchez-Reyez hizo en su ingervención, en la que abogó porque «cuanto más conozcamos nuestra herencia, más la querremos y cuidarenos, más fuertes seremos, más dignos de ella, más sabremos hacia dónde encaminar nuestros pasos comunes».