Una de cada cinco nuevas madres acaba con ansiedad o depresión

E.Carretero
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Prestar atención a esas señales es clave, según la psicóloga Aura María Ríos, para detectar, prevenir y tratar estos desequilibrios provocados por una época de enormes cambios para la mujer

Una de cada cinco nuevas madres acaba con ansiedad o depresión - Foto: Isabel García

De forma errónea, y durante mucho tiempo, el embarazo, parto y llegada de un hijo se ha vinculado a una época de suma felicidad para la mujer. Sin embargo, este proceso es uno de los que más cambios conllevan para la mujer, no solo a nivel físico, emocional o social, sino también psicológico, como reconoce Aura María Ríos Gómez, psicóloga general sanitaria especializada en salud mental perinatal, encargada de ofrecer este miércoles una conferencia dentro del ciclo ¿Qué puede hacer la psicología por ti? que organiza el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León.   

Una conferencia que se celebró en el Día Mundial de la Salud Mental Materna y con la intención de divulgar y sensibilizar acerca de esta etapa que «es muy compleja y en la que tienen lugar muchísimos cambios y muchos ajustes, no solo físicos sino fisiológicos e incluso cerebrales, tanto que algunos estudios apuntan a una reducción de la materia gris en la mujer en el momento de ser madre para especializarse en las funciones de la maternidad». También los hombres, apuntó la ponente, sufren cambios cerebrales, pero «distintos y sobre todo a partir de la llegada y el contacto físico con el bebé». 

«Los cambios son bastante complejos y en tiempos relativamente cortos», apuntó la psicóloga que puso como ejemplo los derivados del proceso de conciliación laboral o familiar o el ajustarse a los roles profesionales tras la maternidad. Sin embargo, dijo, muchos de los cambios son «naturales y propios de la especie», como son el síndrome del nido, o ese ímpetu de la madre por preparar todo para la llegada del bebé, aunque es cierto que en esta etapa «debutan muchos de los trastornos perinatales, fundamentalmente depresión y ansiedad, sobre todo en mujeres con antecedentes o factores de riesgo». 

«Es interesante saber que también estas cosas ocurren y que hay que estar atentos y apostar por la promoción, prevención y tratamiento», apuntó la psicóloga al hablar que este tipo de trastornos, que se pueden dar tanto durante el embarazo como después del parto,  se «infradiagnostican» de modo que esos comportamientos depresivos o ansiosos se relacionan con los propios del embarazo o el postparto y «se minimizan y estereotipan». «Muchas de las situaciones que realmente merecen un tratamiento no están siendo tratadas como deberían», lamentó la psicóloga. 

A la importancia que familiares, amigos u otras madres restan a los síntomas depresivos o ansiosos que sufren una de cada cinco nuevas madres (y uno de cada diez padres) se suma también en no pocas ocasiones el sentimiento de incomprensión que la propia mujer tiene de sus sentimientos que lejos de ser de felicidad por la llegada de un hijo son de suma tristeza, lo que en no pocas ocasiones les lleva a callar u ocultar cómo se sienten. 

Llanto, tristeza, falta de emociones o cansancio son, dijo Ríos Gómez, sentimientos normales en los primeras dos semanas por el «gran desequilibrio hormonal» que se produce tras el parto. Sin embargo, cuando esto «se prolonga en el tiempo, esos sentimientos son muy intensos o obstaculizan la relación con el bebé es el momento de buscar ayuda profesional que nos permita trabajar», aseguró.