Insisten en la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en que el rosa es más que un color. Y desde luego lo es. Es el color que representa la lucha de las mujeres contra el cáncer de mama pero también el que tiene detrás algunas preocupaciones que aún permanecen.
Estas preocupaciones fue las que explicó la presidenta de la AECC en Ávila, Dolores Rodríguez Bautista, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Este tumor es el más frecuente en mujeres entre 45 y 65 años a nivel mundial y por ello es necesario contar con más investigación, detección precoz y apoyo para responder a la realidad de las pacientes (también algunos hombres) que conviven con esta enfermedad y sus familias.
La lluvia obligó a trasladar el acto previsto por la AECC en Ávila al interior de la sede, donde se contó con un gran lazo rosa en el que los asistentes, con una amplia representación política e institucional pero también con pacientes, pudieron dejar sus mensajes respecto a un cáncer que el pasado año tuvo 126 diagnósticos en Ávila, el tercero con mayor número tras el colorrectal y de próstata, y una prevalencia a cinco años de 512 casos. Lo hicieron tras escuchar las palabras de Rodríguez Bautista que insistió una vez más en la importancia de la prevención en temas como el tabaco como riesgo de padecer este cáncer, a pesar de lo cual más de un 26 por ciento de los menores de 18 años habían fumado en el último mes. Es por ello que se quieren seguir impulsando los espacios libres de humo.
También es esencial participar en los cribados. Y aquí lo cierto es que hay camino por andar, puesto que el último año en Ávila la participación en el cribado de cáncer de mama (mamografía) se quedó en poco más de un 55 por ciento tras enviar 3.253 invitaciones a mujeres (con primera invitación y recitaciones) y accediendo a ellas 1.798.
Entre este impulso necesario a la participación en los cribados se encuentra especialmente el mundo rural, también como forma de reducir el cáncer con metástasis.
Hay que recordar, y así lo hace la asociación, que gracias a los cribados se ha conseguido mejorar la detección y el diagnóstico de forma temprana, aumentando así la esperanza de vida. Y esto es importante en un cáncer como el de mama donde la supervivencia media a cinco años ha aumentado a un 85 por ciento pero donde no todos los tumores son iguales y es necesario mejorar el conocimiento de algunos como el cáncer de mama triple negativo, el cáncer más agresivo y con mayor capacidad de crecimiento y proliferación.
Pero la presidenta de la AECC en Ávila también mostró otro tipo de preocupaciones, en este caso emocionales, laborales y económicas. Habló Rodríguez Bautista de la situación que surge tras un diagnóstico de cáncer. Es el momento, dijo, de «gestionar emociones que se desatan» como miedo, ira o desesperación pero también obliga en ocasiones a asumir consecuencias laborales puesto que un tercio de las diagnosticadas está en edad laboral y el 34 por ciento de las mujeres tiene que abandonar el trabajo o lo pierde por las secuelas. Y esto afecta especialmente a determinadas profesiones que están más feminizadas.
Además se mostró la preocupación por que se alarguen los tiempos entre las primeras sospechas y el diagnóstico hasta el momento del tratamiento, especialmente cuando, señaló la presidenta de la AECC en Ávila, «hay mucha necesidad de profesionales» sanitarios por lo que «si no actuamos en la universidad ya el problema se agravará».
En cuanto a la labor que realiza la asociación, destacó que se ha renovado el convenio con la Consejería de Sanidad para que sus voluntarios y profesionales estén en los hospitales dando apoyo psicosocial.