Un Camino de concienciación sobre la donación

B.M
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Javier Franco, 50 años y trasplantado de riñón, realiza el Camino de Santiago aprovechando para hablar sobre los trasplantes y las donaciones, sobre una forma de dar vida a personas que como él tienen otra oportunidad

Un Camino de concienciación sobre la donación - Foto: David Castro

Javier Franco, acompañado de Pedro Escabias y Ángel Rodero, está haciendo el Camino de Santiago. Hasta aquí puede parecer poca noticia pero si se cuenta que es un trasplantado de riñón hace algo más de dos años y que aprovecha su camino para concienciar sobre la donación de órganos la historia cambia.

Bajo el lema 'El trasplante es vida. Dona' caminarán unos 230 kilómetros en ocho etapas que transcurren entre Toledo y la ciudad vallisoletana de Medina del Campo. Ahora es el tercer tramo del Camino de Levante del que llevan recorridos unos 470 kilómetros en 16 etapas desde que lo iniciaron el abril del pasado año. Este tercer tramo les lleva a pasar en Ávila por San Bartolomé de Pinares, Gotarrendura, Arévalo y este miércoles con una parada en la capital abulense. 

En el albergue de peregrinos descansaba tras una nueva etapa de su camino para contar una parte de su historia que no comienza cuando el trasplante, «hace dos años y dos meses» sino mucho antes, cuando él sabía que iba a tener «esa necesidad porque ya venía de familia». Esto quiere decir que estaba «más o menos preparado para ello» pero llegó un momento en el que fue perdiendo fuerza, pasó a una insuficiencia renal y la diálisis antes de tener un riñón nuevo. En su caso esperó once meses porque tuvo «mucha suerte» ya que hay gente que está años esperando. Con el riñón nuevo pudo «crecer y volver a ser otra vez una persona normal» pero esto no hace que olvide que hay unas 4.700 personas cada final de año en la lista de espera «y que hay un porcentaje de estas personas, unas 400 personas al año, que fallecen porque no les llega el riñón». Por eso tiene un doble sentimiento, por un lado hacer una actividad como el Camino de Santiago para dar visibilidad a los trasplantes y que se vea que una «persona trasplantada puede hacer cualquier cosa, por ejemplo hacer las etapas del Camino».

Pero el camino de Javier, de 50 años y residente en Valencia, tiene algo muy especial y es ayudar con su contacto con la gente y sus redes sociales, a que la gente vea y sepa «lo que significa una donación, que puede darle la vida a otra persona, y la gente que está esperando un trasplante que sepa que estará fuerte». Su pretensión no es imposible, porque lo que quiere es que al menos se hable del tema, que la gente tenga conocimiento, que se genere al menos una inquietud. Y eso lo puede hacer con una simple tarjeta, con la pancarta que le acompaña e invita a «donar vida», con las fotos en Facebook o una simple charla con un desconocido en una parada del camino.

Él siente que la recepción a su mensaje «es muy buena», percibe «buen rollo» con quienes se encuentra y, lo que es más importante, siente que deja una invitación a reflexionar. Lo demás, cuestión de tiempo.