La dura vida de una cárcel, nueva propuesta para el Lagasca

M.J. Carrera
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El público congregado en el teatro barcense quedó impactado por el desarrollo de 'Cuando no ves la luz', aplaudiendo con fuerza el buen trabajo de los actores madrileños de Twister Teatro

La dura vida de una cárcel, nueva propuesta para el Lagasca

El opresivo ambiente de una cárcel de mujeres sirve de escenario para las vivencias de un pequeño grupo de presas que comparten celda.  

'Cuando no ves la luz' es la propuesta que ha llevado este último sábado de mayo, Twister Teatro, de Rivas Vaciamadrid a la fase de concurso del Certamen Lagasca de teatro de El Barco de Ávila. Una obra difícil, escrita por Hernán Brave, dramaturgo y periodista, además de actor y director de esta obra, representada por Twister teatro, compañía nacida por iniciativa de 20 alumnos de la Escuela Municipal de teatro de Rivas Vaciamadrid, que llevan más de 10 años de actividad desde entonces. Para el montaje de esta obracontaron con la compañía Babylon Teatro.  

El excelente trabajo de los actores madrileños ha estado a la altura de este buen drama teatral que retrata   la dura vida en un penal y concretamente de una celda en la que las reclusas conviven a duras penas con sus carceleras y con sus propias violencias y rencores, aunque también hay lugar en un sitio tan brutal, para la amistad y el amor.  La presa más respetada de esta tétrica prisión es Julia, interpretada por una estupenda Cecilia Cobos.  Ésta tiene bajo su protección a la indefensa Babas, que es muda porque la arrancaron la lengua en la misma cárcel en la que ahora malvive sin posibilidad de redención.  En la piel de Babas se mete Alba Moreno, que realiza un buen trabajo.  Las otras dos presas que comparten celda con las anteriores, son  'Princesa', papel que resuelve con gran solvencia Raquel Alonso,  y Manuel  (muy bien interpretado por Guillermo Corretjé),  el preso que lo está porque su familia se ha negado a aceptar su orientación sexual y lo ha encerrado de por vida para que no les siga avergonzando, gracias a su inmenso poder económico, que les permite comprar voluntades para hacer la suya propia.

Y sobre estos desgraciados personajes, ejercen un poder omnímodo dos implacables guardianas, doña Matilde y Adela, muy bien  interpretadas por Mercedes Ruíz y Sonia Ruíz.  Doña Matilde, bajo su apariencia de dureza, aún guarda un poco de humanidad, pero Adela engaña con su aparente bondad cuando en realizad utiliza su poder sobre las presas para conseguir sus más oscuros deseos.  

Dos abogados que poco pueden hacer, intentan ayudar un poco a sus desgraciadas clientas. Don Rodrigo (Álvaro Martín), intenta que Julia pueda probar su inocencia, aunque con poco éxito mientras la Srta. De La Rouse (Virginia Torrejón), logra hablar con su hermano Manuel haciéndose pasar por abogada. La tragedia, que ha sobrevolado durante toda la obra, estalla con toda su crueldad cuando precisamente parecía  que había posibilidades de redención para algunas de ellas.

El público quedó impactado por el desarrollo de este drama, aplaudiendo con fuerza el buen trabajo de los actores de Twister Teatro.

Para el próximo sábado se espera la visita del grupo granadino Adeshora Teatro, que  procurará llevarse uno de los premios del Certamen Lagasca con la comedia 100 metros cuadrados, de Juan Carlos Rubio.