Las Ferrerías, 75 años en manos de los Torres de Paz

E.C.B
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Esta iglesia, construida a mediados del siglo XIII, está ubicada en una finca privada de Arenas de San Pedro que alberga un negocio de turismo rural, La Ermita de los Llanos

Las Ferrerías, 75 años en manos de los Torres de Paz

La iglesia de las Ferrerías, del siglo XIII, ubicada en el paraje conocido como Los Llanos, antigua aldea de Arenas de San Pedro donde tiene su origen este municipio, cumple 75 años en manos de la familia Torres de Paz, propietaria de la finca donde hace más de veinte años comenzó su andadura un negocio de turismo rural, La Ermita de los Llanos, al frente del cual se encuentra Francisco Torres.

Fue en 1949 cuando Josefina de Paz adquirió la iglesia, que debe su nombre a la principal labor que se realizaba en este paraje de Los Llanos, donde sus habitantes se dedicaban a labrar el hierro de las minas que surgieron al otro lado del río Arenal, en cuya orilla se levanta el templo.

El monumento se construyó a mediados del siglo XIII con materiales muy humildes (canto rodado y ladrillo), en un estilo gótico no muy temprano. A principios de la segunda década del siglo XXI, los propietarios realizaron una pequeña intervención en el monumento para que, respetando íntegramente su esencia, el inmueble se convirtiera en un elegante espacio para la celebración de bodas civiles y otros eventos familiares y empresariales. Hasta el día de hoy, han sido decenas las bodas con encanto celebradas entre sus muros y cientos de peregrinos y paseantes los que siguen maravillándose de su sencillez y belleza.

Su torre y sus paredes siguen abrazando un espacio señorial y elegante en cuyo interior se han habilitado tarimas de madera y un suelo de gravilla, que lo dotan de un encanto especial y elegante, sin perder su toque rústico.

La casa rural, cuya finca alberga las ruinas perfectamente conservadas de la que fuera la iglesia de las Ferrerías, cuenta con dos alojamientos y una casa club en la que acoger a grupos y familias de hasta 12 personas. Su decoración, de estilo inglés y con muebles heredados, traídos de algunos viajes, o adquiridos en mercadillos de anticuarios, contribuye a crear un ambiente delicado y tranquilo desde el que disfrutar de las maravillosas vistas a la Sierra de Gredos y al pinar de la propiedad.

Los amplios ventanales de los alojamientos contribuyen además a crear ese clima cálido y luminoso que devuelven a los huéspedes la sensación de estar en casa. Cuenta además con una piscina de grandes dimensiones para hacer las delicias en verano, así como barbacoa, una terraza panorámica y un gran espacio ajardinado con más de una treintena de especies arbóreas al más estilo toscano.

El actual propietario de la finca, Francisco Torres, representa la segunda generación al frente de este negocio de turismo rural.