Ni el personal que atiende los establecimientos situados en El Bulevar esperaban que la reapertura del centro comercial gracias a la fase 2 de la desescalada fuera tan animada. «Parece un día normal, de hecho hay más público que cualquier lunes», nos comentaba Ana Vázquez, dependienta de la tienda de moda Polinesia. Un testimonio similar recogíamos en el local de enfrente, dedicado la cosmética, donde Azahara reconocía sentirse «sorprendida por el movimiento de gente» tanto en la tienda en la que trabaja como en los pasillos de El Bulevar. «En realidad no me extraña tanto, es la prueba de que había ganas de normalidad», destaca. También la gerente del centro comercial, Laura Álvarez, subraya la presencia de público en este primer día de apertura completa en el que todas y cada una de las personas que vemos en su interior llevan mascarilla, ya sean clientes o empleados. «La gente sigue escrupulosamente el itinerario que tenemos marcado en los pasillos tanto de entrada como de salida», agradece Álvarez.
A media mañana, transcurridas tres horas de la reapertura en pleno de El Bulevar, se observa más afluencia en las tiendas y en las zonas comunes que en los establecimientos de hostelería situados en la plaza central, donde Sonsoles, camarera del bar Chicago, explica que en este primer día han recibido sobre todo «clientes fijos que tenían muchas ganas de que abriéramos de nuevo, pero habrá que ir viendo cómo evoluciona todo», afirmaba, cauta.
Para todos ellos, quienes tienen su puesto de trabajo en el centro comercial, la reapertura supone un cambio de mentalidad derivado de las medidas de seguridad que impone esta nueva normalidad, dado que ellos son los encargados de velar por su cumplimiento en cada establecimiento. Para empezar, de controlar el aforo, reducido a un 30% en las zonas comunes y a un 40% en las tiendas, de ahí que muchas de ellas luzcan un cartel en la entrada informando a los clientes del aforo máximo permitido, aunque hay quien entra sin fijarse en ese detalle. En el caso de Kiko, la tienda de cosmética, solo puede haber siete personas incluyendo a las dos empleadas. «Sin darnos cuenta lo hemos superado hace un momento porque nosotras estamos atendiendo, asesorando a clientes o cobrando y ni te enteras de que ha entrado alguien más», confesaba una de las dependientas, «supongo que poco a poco nos iremos acostumbrando, pero cuesta porque no estamos habituadas», admite la dependienta.
La reapertura de El Bulevar revela "ganas de normalidad" - Foto: Isabel GarcíaEn todos los establecimientos disponen de gel hidroalcohólico para uso de los clientes, en uno de ellos comprobamos cómo obligan a todo el que entra a rociarse las manos con él. «Nos dicen que ya se lo han echado en otra tienda, hay personas que no entienden que no vale con una sola vez, sino que para que la seguridad sea total tienen que ponerse el gel cada vez que entren en un local», nos cuenta Ana, de Polinesia, donde por la misma razón es obligatorio probarse el calzado con calcetines desechables, tal como informa un cartel. También tienen que acostumbrarse los dependientes a desinfectar la ropa cada vez que una persona se prueba una prenda y no se la lleva. «De momento les pedimos que se lo prueben en casa, que no anden entrando en los probadores porque desinfectar los probadores cada vez que entra alguien lleva mucho tiempo y de momento solo estamos dos personas parat toda la tienda».
Y es que en la mayoría de los locales no se han incorporado las plantillas al completo, sino que en muchos casos con la reapertura han vuelto la mitad de los empleados hasta que se vaya viendo si la actividad comercial se recupera del todo.
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