Zonas de matar a potenciales civiles

P. Martínez (EFE)
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La inseguridad ha mutado en un miedo permanente en Gaza, donde el Ejército israelí opera sin reparar en posibles víctimas inocentes

Vista de la devastadora destrucción del hospital Al-Shifa - Foto: Mohamed Hajjar

En la guerra que continúa en Gaza desde el 7 de octubre, Israel asegura haber eliminado a unos 13.000 milicianos entre más de 32.800 muertos. Las últimas ofensivas contra el complejo hospitalario de Al-Shifa y el ataque contra el convoy donde murieron siete trabajadores de la ONG de José Andrés han sido los últimos trágicos episodios perpetrados por el Ejército israelí.

Tal es el caos y la inseguridad en la que está sumida la Franja que, según un oficial militar que estuvo desplegado allí, la línea entre «un saboteador» y un civil es tan «vaga» que parte de los combatientes podrían ser simples civiles. «Dado que la diferencia entre un saboteador y un civil es ínfima, no se puede saber quién está ahí para colocar un explosivo y quién para realizar cualquier acción mundana», explicó la fuente militar anónima.

Siguiendo esa misma lógica, si un palestino se acerca a una zona supuestamente evacuada y establecida por el Ejército como un «área militar», donde debería saber que no tiene permitido aproximarse, se le considerará probablemente un combatiente «no porque lleve un arma, sino por dónde está».

«La diferencia entre un combatiente y un no combatiente es lo que tiene en sus manos y, a veces también, es dónde está», detalló este militar, que participó en el desarrollo de parte de la ofensiva en Jan Yunis, al sur de Gaza.

«La pregunta es ¿preferirías que un civil te hiciera estallar por los aires y perder hasta 20 personas, o correr el riesgo con una probabilidad del 0,1 por ciento de que sea alguien tan tonto como para ignorar a 500 soldados a 100 metros de distancia?», indica.

Esta misma libertad para atacar a potenciales civiles, que luego serían contados como «terroristas» de Hamás por Israel, ha sido también documentada en detalle por el diario liberal hebreo Haaretz, que apodó estas áreas militares (sin demarcaciones explícitamente claras) «zonas de matar» en una investigación exhaustiva.

Según el periódico, cuando las tropas hacen de casas o edificios abandonados su base, esto convierte el espacio adyacente en una zona peligrosa para cualquiera que se acerque o la atreviese, incluso si en principio su presencia no constituye una amenaza.

La fuente militar explica uno de estos incidentes letales. Un gazatí «montado en bicicleta» cruzó de un área controlada por una brigada a otra bajo dominio de un regimiento diferente. Además, entró en la casa de un «asociado de Hamás» y en unos invernaderos que ocultaban la «entrada a un túnel logístico», de acuerdo a un informe del servicio de inteligencia.

Por esos movimientos considerados sospechosos, el supuesto ciclista fue abatido por un misil. «Estaba a solo 200 metros o menos de la ubicación de las tropas y sabía muy bien que no debía estar allí, especialmente no tan cerca de un terreno de operaciones. Fue alcanzado por un misil no porque llevara un arma, sino por estar donde no debía», detalla.

Este acuerdo tácito de actuación, según reservistas y comandantes entrevistados por el panfleto, podría explicar la muerte «por error» el pasado 15 de diciembre de tres rehenes israelíes en Shujaiya, un barrio en las afueras de Gaza. Estos fueron disparados a bocajarro por las tropas a pesar de ondear banderas blancas con los brazos en alto, ir sin camiseta y gritar «ayuda» en hebreo. O las muertes de dos palestinos desarmados el pasado 28 de marzo, cuyos cuerpos fueron después arrastrados y enterrados por una excavadora por si «llevaban explosivos», según el Ejército. Los hombres se acercaron a su «área de operaciones» en el centro de Gaza «de manera sospechosa» y no respondieron a un disparo de advertencia, señaló un portavoz castrense, justificando el ataque mortal.

Las Fuerzas de Defensa de Israel «están en medio de una guerra contra la organización terrorista Hamás y están actuando para frustrar las amenazas» contra sus fuerzas, respondió el Ejército a Haaretz, negando la existencia de «zonas de matar» en la Franja.

"Crimen de guerra"

Hamás denunció que estas áreas constituyen un «crimen de guerra» y pidió una investigación a la ONU por violar «las leyes de la guerra» y el derecho internacional humanitario, que prohíbe ataques indiscriminados o fuego contra civiles.

«No tengo ninguna razón para no informar de que lo encontré (a un gazatí sospechoso)», explica el militar anónimo. «Después de todo, yo estoy con mi gente. Mi tarea no es proteger a los civiles de los enemigos. Hamás es quien gobierna en Gaza, ellos son los responsables de evacuar a civiles y mantener la distancia de donde libran la guerra de guerrillas». 

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