El rol histórico y la percepción pública de Sofía de Grecia son los de un personaje siempre supeditado a alguien más: hija de rey, hermana de heredero que nunca llegaría al trono, esposa de rey, madre de rey u abuela de futura reina. Esos han sido sus papeles oficiales, los que explican su figura de cara a la Historia. Pero esa no es la realidad completa.
El próximo 23 de junio HBO Max estrena la serie documental Sofía y la vida real, una producción en la que la griega es la protagonista de su propia historia.
Por primera vez, una ficción se adentra en ocho décadas de historia a través de un personaje decisivo a la hora de entender la evolución de las monarquías europeas modernas; fundamental para la cohesión y la pervivencia de la casa real española con su ascendente, su autoridad y su profesionalidad puertas adentro de su familia; y, hacia afuera, determinante para el mantenimiento de la popularidad de la Monarquía en un momento tan crítico como el que se vive en la actualidad.
Porque Doña Sofía siempre ha estado ahí: desde el exilio de su familia griega hasta la marcha de Don Juan Carlos a los Emiratos Árabes acuciado por sus problemas. Desde la proclamación de su esposo como heredero de Francisco Franco hasta la entronización de su hijo Felipe VI como Soberano.
Desde un compromiso matrimonial bendecido por todas las casas reales hasta la publicación detallada de las incesantes infidelidades de su esposo, de sus escándalos económicos y financieros y con el debate de fondo sobre la continuidad de la monarquía. En el torbellino de ese debate y en un contexto de altísima polarización política, la formación de Sofía de Grecia como reina ya desde la cuna puede ser determinante en la preparación de su nieta Leonor para su acceso a la Corona.
Porque el futuro de la Monarquía en España también pasa por la Reina Emérita, un personaje que aún genera numerosos interrogantes sobre su personalidad, sobre su influencia en episodios fundamentales para su familia y para la historia de España, sobre su forma de actuar, de pensar, de sentir.