La duda de elegir entre casi 60 tapas diferentes

E.Carretero
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El Pórtico abrió sus puertas hace casi 23 años en Las Hervencias y es una de las direcciones hosteleras más populares de Ávila gracias a la variedad y calidad de su tapeo donde el lomito con patatas es la 'estrella'

La duda de elegir entre casi 60 tapas diferentes - Foto: David Castro

Son poco más de las siete de la tarde de un jueves y ya son bastantes las mesas ocupadas en la terraza, tanto que los dos camareros que en ese momento están atendiendo apenas dan a basto para atender a los clientes. Aún así lo 'peor' llegará dentro de un rato cuando barra, terrazas, cafetería y mesas de interior se ocupen por completo. Lo peor o lo mejor, porque en El Pórtico lo que no falta, por suerte, son los clientes, como reconoce Armando de la Iglesia, encargado desde hace 22 años de este negocio hostelero situado en la avenida Juan Carlos I que presume no solo de una clientela muy fiel sino también muy numerosa. 

El Pórtico abrió sus puertas en diciembre del año 2000 a propuesta de tres empresarios (Fernando Martín, Antonio García y Antonio Santos) y como un complejo hostelero, ya que además de bar, cafetería y restaurante cuenta con hostal con catorce habitaciones.

Ofrecer «mucha calidad» asegura De la Iglesia es el éxito de este negocio por el que día tras día pasan cientos de abulenses y también visitantes, ya que El Pórtico ha conseguido hacerse con un lugar destacado dentro de la hostelería abulense. Habla, por ejemplo, de carnes y pescados de primera y a la brasa en el restaurante, donde también se apuesta últimamente «mucho por el marisco», pero también de tapas muy variadas y también de calidad en la barra. Es más, cualquier día de la semana El Pórtico ofrece a sus clientes unos 40 aperitivos distintos, cifra que el fin de semana aumenta y llega fácilmente hasta los 60 diferentes. Calamares, oreja a la plancha, patatas revolconas o con dos salsas, salmón, cecina o pollo al ajillo son solo algunas de las propuestas que el cliente puede elegir en este establecimiento para acompañar su consumición, si bien el aperitivo estrella es el lomito con patatas, del que al día se ponen decenas de tapas. 

Otra seña de identidad de este negocio, en el que el objetivo es cuidar al cliente, es que durante el invierno el establecimiento ofrece un caldo con la primera consumición, un acompañamiento perfecto para entrar en calor tras llegar de la calle y para preparar el cuerpo para el tapeo.

«Aquí no paramos en todo el día», dice De la Iglesia con evidente satisfacción al hablar de la actividad en este establecimiento hostelero en el que se empieza con desayunos, donde no faltan los churros y las porras, pero tampoco tostadas con jamón, para seguir con el cañeo del mediodía, las comidas y a partir de las 19,00 horas otra vez volver con el tapeo y las cenas. Eso cuando no hay partidos de fútbol, que aún atraen a más clientes.

«Tenemos clientela muy fija, prácticamente de todos los días, y muy variada y de todas las edades. Tenemos clientes que empezaron a venir cuando esto se abrió y que siguen viniendo», reconoce con orgullo De la Iglesia al hablar de la clientela de un negocio que cuenta con una decena de camareros y ocho cocineros.