Editorial

La edición más 'floja' del festival 'Músicos en la Naturaleza'

Diario de Ávila
-

Conseguido el éxito de poner en marcha un proyecto tan valiente, lo que toca ahora es esforzarse para que los músicos más icónicos vuelvan a un escenario que está más cerca del cielo que ninguno

Desde que se pusiera en marcha en el año 2006, arrancando muy fuerte con la presencia de un músico tan icónico a nivel internacional como es Sting, el festival 'Músicos en la Naturaleza' se convirtió, y no es exagerado utilizar esta palabra, en un referente a nivel nacional de este tipo de citas para disfrutar de la mejor música, contando además con el atractivo añadido de celebrarse en uno de los espacios naturales más singulares y más bellos de toda España.

Tras la participación en esta cita a 1.500 metros de altitud de algunos de los más grandes de la historia de la música, tanto internacionales –en Ávila podemos presumir de que han pasado por allí estrellas tan grandes como Bob Dylan, Mark Knopfler, The Beach Boys, Deep Purple, John Fogerty o Rod Stewart– como nacionales –también es un orgullo haber escuchado allí a Miguel Ríos, Manolo García, Joaquín Sabina, Amaral, Rosendo, Duncan Dhu, Los Secretos o Fito & Fitipaldis–, conformando unos carteles envidiables, la vuelta del festival tras el parón de la pandemia trajo un cambio de fechas, de julio a septiembre, que también lo fue en cierto sentido de ambición por parte de los organizadores.

El cartel preparado para la cita que se celebró ayer había provocado no pocas críticas, tanto por parte de los aficionados a la música como de los hosteleros de la zona (para quienes ese día es muy importante), por la ausencia de esas grandes figuras que daban un especial brillo a este festival, una advertencia que tomó carta de realidad en la evidencia de una sensible menor afluencia de público a Hoyos del Espino.

Sin obviar las dificultades que seguramente existen para conformar esos carteles de lujo que han podido disfrutarse en 'Músicos en la Naturaleza', y sin poner en duda la calidad de los músicos que allí se dieron cita ayer, la Junta de Castilla y León, principal responsable de esta cita, debería retomar, tras esa notable bajada de público registrada ayer, esa ambición –en positivo y con premio– que siempre había demostrado para hacer que el interés por asistir a estos conciertos traspasase fronteras y fuese un gran acontecimiento. 

Conseguido el éxito de poner en marcha un proyecto tan valiente, que quizás comenzó siendo arriesgado pero que de inmediato se convirtió en seña de identidad de mucha calidad que ponía a Ávila en el mapa de los mejores festivales de España, lo que toca ahora es mantenerlo, esforzarse todo lo que haga falta para que los músicos más icónicos vuelvan a ofrecer su música en un escenario que está más cerca del cielo que ninguno. Pasar de los más de 10.000 espectadores a menos de la mitad es un dato que la Junta debe tener muy en cuenta para relanzar esta cita y volver a hacer que nadie quiera perdérsela. Ávila, una provincia tan castigada en tantos sentidos, se merece que su 'Músicos en la Naturaleza' vuelva a ser un referente nacional.