Los niños regresan al museo

E.Carretero
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El Museo de Ávila retoma esta semana la actividad presencial con los más pequeños con tres talleres en los que se anima al público infantil a descubrir cómo era la vida de las gentes que habitaron esta provincia durante la Prehistoria

Los niños regresan al museo - Foto: Isabel García

Las risas infantiles volvieron este martes al Museo de Ávila que tras varios meses cerrado al público abrió sus puertas físicas hace unos días. Y en esa vuelta a la actividad, además de las visitas libres por las diferentes salas de este espacio expositivo de titularidad regional, no podían faltar los talleres infantiles con los que no solo se pretende acercar a los más pequeños a la historia de esta tierra y de sus antiguos pobladores, sino también crear cantera y despertar el interés por estos espacios culturales entre quienes serán los visitantes del mañana.

Así, durante esta semana, el Museo de Ávila ha retomado los talleres que forman parte de la programación estable de este espacio cultural que no se pudieron celebrar debido a la declaración del estado de alarma y el consiguiente confinamiento de la población. Talleres, explica Charo Santa María, responsable del Departamento de Educación del Museo de Ávila, por los que cada año pasan más de 5.000 niños y que habitualmente se ofrecen a los centros escolares pero que debido a la situación actual se ofrecen de forma individual y desarrollan en grupos de no más de ocho niños.

En los talleres que se desarrollarán durante esta semana, concretamente desde ayer martes y hasta el viernes, todos ellos ya completos, la Prehistoria va a ser la temática principal de modo que a través de estas actividades los pequeños van a conocer cómo vivían las gentes que habitaban esta tierra hace millones de años.

Así, durante esta semana el Museo de Ávila invitará a los más pequeños, y en este caso a niños y niñas de 6 a 12 años, a viajar al Neolítico y a conocer, entre otras cosas, que el hombre en esa época empleaba grandes bloques de piedra  para dar sepultura a sus seres queridos en una práctica que ha dejado en Ávila como principal vestigio el dolmen de Bernuy Salinero. En esta actividad, de hecho, los pequeños tendrán que construir un dolmen y aprenderán además cuáles eran los elementos más habituales del ajuar funerario en la época.

También aprenderán durante esta semana estos jóvenes aficionados a la historia que ya en la Prehistoria el hombre utilizaba el barro para elaborar diferentes útiles, invitándoles a la vez desde el Museo a emular a las gentes del Neolítico en la elaboración de un cuenco, ídolo o cualquier otro objeto de arcilla que luego se podrán llevar a casa como recuerdo de este viaje al pasado.

El último taller de los tres que  dirigidos al público infantil propone el Museo de Ávila durante esta semana está centrado en la pintura rupestre, de la que Ávila también conserva algunos ejemplos como las existentes en Ojos Albos. Y también en este caso se animará a los pequeños a dar vía libre a su creatividad y a emular a las gentes del Neolítico utilizando las técnicas pictóricas empleadas por éstos para pintar su particular obra de arte prehistórica.