José Ramón García Hernández

Con la misma temperatura

José Ramón García Hernández


Inteligencia artificial, ChatGPT y Eurovision

14/05/2023

Hay cosas que creemos que no cambian, como Eurovisión. Otras que parece que lo cambian todo sin que nos demos cuenta como ChatGPT. Y otras que lo cambian casi todo radicalmente, como la inteligencia artificial. El debate está sobrealimentado y segmentado y yo solo puedo unirme con mi sentido del humor «manque os pese».
A mí lo que me preocupa es Eurovisión. No por europeísta ni porque me intranquilice que haya perdido su anterior formato de jurado. Siempre me intrigó cómo ABBA y los Beatles llegaban a componer sus canciones y sus letras que siempre parecían dar en la diana, con frases que ya quisieran para si los que concurren a todos los programas de radio, televisión o campañas. Una frase como 'I want a hold your hand' que significa básicamente nada, quiero agarrarte la mano, es un éxito conocido por medio planeta. Recientemente ha salido a la luz, la relación que tenían los Beatles de Liverpool con el filósofo alemán Adorno y cómo el método dialéctico que tantos beneficios reportan a los populistas de la comunicación de todo el mundo, y cómo lo acogieron en sus canciones. Puede pasar porque como no existía ChatGPT, lo dejamos correr, aunque lo podamos dudar.
ABBA, y esto lo compartieron los propios compositores y cantantes del grupo Benny y Bjorn, el jamón en ese sándwich igualitario. Observaban, descomponían las canciones que eran éxito en el Reino Unido y Estados Unidos y se lanzaban a componer las suyas. De nuevo como si una arcaica inteligencia artificial guiara el proceso desde tierras nórdicas.
Y Eurovisión siempre parecía tener un modelo pastelero de canción hasta que se prohibió el azúcar y no se si por eso hay tanto amargado o es por otra razón desconocida que los amantes de las 'yemas de Ávila' no asomamos ni a vislumbrar. 
Mi sorpresa arranca cuando esta semana hablando con mi hija Gadea, me dice que la favorita para ganar ayer, era Suecia. Loreen de nuevo. Y me pongo a escuchar la canción. Las primeras frases son copia de otras canciones, literales. Los medios de comunicación aquí en estas latitudes la dan por imbatible porque 'el equipo de compositores' de Suecia, ya ha ganado para Suecia, Serbia y otros tantos. De nuevo una proto-arcaica inteligencia artificial parece asomar por la espalda riéndose de nosotros y además con el componente que no entra en la ecuación que les anunciaba en el título. Esa inteligencia artificial, ese ChatGPT trabaja tan bien, acierta tanto, que es la favorita por goleada ¡A este paso no van a hacer falta ni los futbolistas!
Pero como siempre ocurre, la historia nos sorprende. Nadie mide lo que pasa en un directo y nuestra canción es un acierto aunque algunos que peinamos canas o no, a veces nos hace pensar en quién maneja nuestra barca. Ya veremos hoy quién es el ganador moral.
Y este es el verdadero desafío para Eurovisión y para la vida. A lo mejor, a usted y a mí y alguno y alguna más, y sobre todo a los que llegan al final de mis artículos, le va a gustar mucho, mucho más, otra canción. No van a votar, no van a mandar un SMS, les parece que el jurado acierta y no comprende la desproporción entre el voto por mensaje y el otro en la puntuación. La inteligencia artificial en cualquiera de los momentos en los que se encuentra ya ha ganado la batalla cultural. Nadie se puede oponer, porque es difícil saber de todo, oponerse a todos en cualquier momento, ya no digo en todo momento. Y además siempre va a ganar en las votaciones populares, porque eso es en definitiva la Inteligencia Artificial, una operación matemática de medias. La AI ya es reina o emperatriz en cualquiera de sus formas. No obstante, desde sus tumbas y como siempre, los griegos desde Sócrates, los latinos desde Virgilio, los ilustrados desde Rembrandt a Kant, nos susurran al oído, como si fuéramos parte del refundado Club de los Poetas Muertos 'Sapere Aude' 'Atrévete a pensar', ¡Jó, que duro! que diría mi joven compañero Manuel, contemplar con qué ropajes se viste la necesaria minoría que debe ser respetada siempre en democracia para poder gozar de ese excelso nombre, el gobierno del pueblo.