Don Carnal sale a la calle y vence a la nieve

E.Carretero
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Pese al frío y las precipitaciones caídas un par de horas antes, medio millar de personas pertenecientes a 21 grupos participaron en un desfile de Carnaval protagonizado por la fantasía, la crítica, la diversión y los guiños abulenses

Don Carnal sale a la calle y vence a la nieve - Foto: David Castro

La diversión, la broma, la ironía, la fantasía, el baile, el colorido, la música y, también, la sátira salieron este sábado a las calles de Ávila en un desfile de Carnaval que le ganó el pulso al mal tiempo, que unas horas antes incluso había contado con nieve, para demostrar que el disfraz es capaz de sacar siempre una sonrisa pese a los contratiempos, en este caso en forma de bajas temperaturas que no importaron ni a los participantes en este desfile ni a los centenares de abulenses apostados a lo largo de un recorrido carnavalero que se inició en el Mercado Grande y que concluyó en el Chico.  

Unas 500 personas, repartidas en 18 disfraces colectivos y en tres de los considerados individuales, aquellos con menos de siete participantes, se unieron a esta divertida comitiva que un año más demostró que a la hora de disfrazarse lo que manda es la originalidad y que nada es imposible cuando de lo que se trata es de divertirse, dejar a un lado la vergüenza, pasar un buen rato y convertirse durante unas horas en quien no somos.

Fantasías, seres del espacio, astronautas, habitantes de pueblos indígenas, mozos pamplonicas corriendo delante del toro, calles que cobran vida, elementos de obra, ventanas habitadas, paradas de metro o chuletones de raza avileña negra ibérica fueron solo algunas de las temáticas elegidas por los participantes en este concurso de Carnaval en el que había en juego 4.600 euros en premios. Disfraces que no solo sorprendieron por lo original sino que también sacaron una sonrisa al público convocado a la gran cita de Ávila con Don Carnal. 

 Además de la música que muchos grupos llevaban para ambientar sus disfraces, el desfile de Carnaval de Ávila también contó con animación extra, en este caso con sones carnavaleros de la batucada local Bandué y también con música de charanga que animaron no solo a los participantes sino a todos los abulenses que se dieron cita para disfrutar un desfile de Carnaval que hasta un par de horas antes de su inicio estuvo muy pendiente del tiempo debido a la nieve. «Teníamos preparado plan A, plan B y plan C», confesó el concejal de Fiestas, Carlos López, antes de reconocer que «donde más luce el carnaval es en la calle», como así ocurrió finalmente.

«Es una fiesta en la que participa toda la sociedad de Ávila, desde asociaciones, peñas, grupos escolares...», destacó López al hablar de este desfile de Carnaval que también contó, como es habitual en estas citas multitudinarias, con un dispositivo de seguridad integrado por Policía Local, Protección Civil y Policía Nacional.  

 «Hay disfraces que están muy elaborados y que al jurado nos lo van a poner bastante difícil», aseguró López al hablar del nivel de un concurso en el que participaron peñas, asociaciones vecinales, grupos escolares, asociaciones del tercer sector y también grupos de abulenses particulares que se metieron en pieles ajenas para cumplir con esa máxima del Carnaval que invita a dejar a un lado la vergüenza y anima a disfrutar tras la máscara o el disfraz. 

En la fase de concurso, y en este caso en la categoría de disfraces individuales, que cada vez cuenta con menos participantes, abrían el desfile unos globos aerostáticos, a los que seguían dos de los protagonistas de Monstruos S.A y unas simpáticas macetas. Tras ellas, empezaban a desfilar los colectivos  algunos tan numerosos como los de la Asociación de Vecinos de San Nicolás, con unos 70 integrantes, que recrearon por las calles de Ávila unos sanfermines dedicados en este caso al patrón de su barriada: San Nicolás. Tras ellos, los indios de indumentaria reciclada de Respirávila y, después, unas alegres flores carnavaleras. Llegados del espacio, y en este caso de la Agencia Espacial Europea, los astronautas y otros seres del universo de la asociación  H2O de Las Hervencias tratando de caminar sin gravedad por las calles de la ciudad. A continuación, los mecánicos de la Peña de San José Obrero a los que seguían los discotequeros integrantes de la Peña de San Gregorio recordando la música y estilo disco de los 70.  Además de divertir, el Carnaval también da ocasión a la crítica como así demostraron los integrantes de la Peña de San Antonio que pusieron las calles de Ávila en obras gracias a sus conos, carteles de prohibido el paso, señales, excavadoras o tuberías en una vistosa puesta en escena que recordaba la multitud de obras que se han realizado en la ciudad en los últimos meses y que tantas quejas han provocado.  

Tras los vaqueros y la Fábrica de Chocolate de la Peña de los Mozos de las Vacas desfilaban las ventanas habitadas de la Peña Salud y Esperanza a las que seguían las paradas del inexistente Metro de Ávila a las que daban vida los Mozos de la Ascensión. También temática similar eligieron en  la Peña de San Esteban. Y es que fueron varios los guiños a la ciudad que se vieron en este desfile de Carnaval en el que la Peña del Barrio de la Universidad dio vida a algunas de las calles de Ávila a través de la recreación de los personajes a las que dan nombre vías como Sargento Provisional, Capitán Méndez Vigo o Pintor Caprotti. 

La famosa ruleta de la suerte también se coló en este desfile de la mano de la Peña del Barrio de Las Hervencias, mientras que el AMPA del colegio Arturo Duperier recreó una divertida y colorista vuelta al mundo en la que reivindicaban, además, de forma universal los derechos de la infancia. 

Por dos fantasías con plumas, brillos y color optaron dos agrupaciones particulares, unas convertidas en reinas de la tribu y las otras en dragones, mientras que desde el AMPA de La Encarnación se optó por meterse en la piel de pequeños árboles. Cerraba el concurso una barbacoa muy abulense a base de chuletones de Ávila que, a la parrilla y con bien de sal, asaban  unos divertidos cocineros. 

 Tras el pasacalles, la fiesta continuó en el Mercado Chico con música a cargo de la discoteca Elixir.