El obispo destaca el papel de Suárez en la «reconciliación de España»

diariodeavila.es
-

El expresidente fue enterrado en el claustro de la Catedral de Ávila en una ceremonia íntima y bajo el epitafio 'La concordia fue posible'. Cientos de ciudadanos y autoridades, entre ellas Mariano Rajoy, le dieron el último adiós en el funeral.

Funeral por Adolfo Suárez en la Catedral de Ávila. - Foto: EFE

Los restos mortales de Adolfo Suárez ya descansan en el claustro de la Catedral de Ávila, a escasos metros de quien fuera presidente del Gobierno en el exilio durante la II República, Claudio Sánchez Albornoz, y junto a su esposa, Amparo Illana. El entierro, al que solo asistieron los más íntimos, tuvo lugar a las tres de la tarde de este martes después del multitudinario funeral corpore in sepulto celebrado en la catedral de El Salvador de la capital abulense, un acto en el que familiares, amigos, autoridades y cientos de ciudadanos anónimos de Ávila, pero también de otras muchas provincias españolas, le dieron el último y emocionado adiós al primer presidente de la Democracia, el abulense Adolfo Suárez._A él se refirió el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, como un «católico en la vida pública» que logró «la reconciliación del pueblo español» y que «trazó un camino que bien merecería ser continuado», unas palabras seguidas con atención por las más de tres mil personas que, sentadas y de pie, se calcula que llegó a haber en la seo.

Con algo más de 45 minutos sobre el horario previsto, el repicar de las campanas y los aplausos de las personas que se congregaron frente al templo anunciaban que el cortejo fúnebre entraba en la plaza. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel García Nieto, recibieron el féretro, seguido por los hijos y nietos del artífice de la Transición, entre ellos Adolfo Suárez Illana, que se fundió en abrazos con los líderes políticos. La Banda de Música de Ávila entonó el Himno Nacional y el féretro, cubierto con una bandera de España, fue portado por agentes de la Policía Local de Ávila, entre aplausos y algún grito de ‘Viva’ que tuvo su eco en la ciudadanía.

En el primer tramo de la nave principal de la Catedral esperaba el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, junto al Cabildo y obispos concelebrantes, entre ellos el cardenal Cañizares, el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, o el padre Ángel. En su breve monición el obispo señaló que la muerte del expresidente «entristece» a la sociedad y demuestra «hasta qué punto es frágil la vida del hombre», si bien añadió que «la fe reconforta» y que el amor «es más fuerte que la muerte». La oración finalizó con el traslado del féretro frente al altar, donde tuvo lugar la ceremonia que concelebraron medio centenar de sacerdotes y obispos.

Entierro de Adolfo Suárez.Entierro de Adolfo Suárez. - Foto: EFE

La familia de Suárez ocupó los primeros bancos de la Catedral, junto a las principales autoridades y por delante de los cargos provinciales, locales, regionales y nacionales que habían ido llegando desde poco antes de las doce del mediodía. Poco después se abrían las puertas y se permitía el acceso al público que había guardado cola desde primera hora de la mañana en la plaza para asegurarse un sitio.

En la parte central de la eucaristía, el obispo de Ávila dedicó su homilía a Suárez como persona y político, sin olvidar su influencia como creyente.

Del político destacó su «prodigioso trabajo durante la Transición española» y como inauguró «un estilo de convivencia política: respetando las posiciones adversas, buscando tenazmente el pacto y el consenso, valorando las posiciones de adversarios políticos. Sin rencor ni revancha, con espíritu democrático trabajó sin cesar por el entendimiento entre los españoles».  Él marcó un camino «que merecería ser continuado».

«De todos es reconocido que la gran aportación de Suárez a la sociedad española y a la comunidad internacional ha sido la reconciliación del pueblo español», señaló García Burillo, tras lo que añadió que «su política consiguió que las dos Españas volvieran a encontrarse tras décadas de animadversión y de odio».

Fue un hombre entregado a «quien fue todo en su vida, su esposa Amparo» a quien se dedicó durante su enfermedad.

Con el mensaje para «que el señor le abra las puertas del triunfo» finalizó la misa, tras la que se organizó la procesión para trasladarse al claustro, lugar del entierro.

 

Sepultura. Solo los familiares cercanos y autoridades como Rajoy, Aznar, Herrera y García Nieto estuvieron presentes en el momento en el que se dio al expresidente cristiana sepultura. En medio del silencio y con visible emoción contenida en sus familiares, el ataúd fue introducido en el hueco al que el lunes fueron trasladados los restos mortales de la esposa de Suárez, fallecida en mayo de 2001 y que hasta ahora habían reposado en la capilla del convento de Mosén Rubí.

La tumba fue sellada y sobre ella se colocó la lápida con la inscripción ‘Excmos. señores duques de Suárez’, seguida de los nombres de ambos, las fechas respectivas de sus nacimientos y muertes y un lema final ‘La concordia fue posible’.

Lea la información ampliada en la edición impresa