Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Candidatos silenciados

19/05/2023

Si algo define la campaña electoral cuando se acerca a su ecuador es la indiferencia. Parecen existir dos realidades paralelas, la que recogen los medios de comunicación que se gestan en Madrid, fundamentalmente las cadenas de televisión, y la que se vive en los municipios de Castilla y León. Al no existir comicios autonómicos en esta ocasión a la vez que elecciones municipales, la impresión de dos mundos paralelos y distantes resulta aún mayor. Los problemas de cada Ayuntamiento son diferentes y los ciudadanos esperan que las propuestas de sus candidatos también sean distintas y concretas.
La otra realidad es la que se empeñan en fabricar artificiosamente los líderes de los partidos nacionales. Es un debate ficticio porque los asuntos de los que hablan no están entre las preocupaciones de los ciudadanos llamados a votar el día 28 de mayo. En Santa Marina del Rey, Matadeón de los Oteros, en Burgos, en León, en Valladolid… existen problemas concretos y poco influirán en el voto cuestiones como las listas de Bildu en el País Vasco, las cosas de Isabel Díaz Ayuso en Madrid o los patos de Doñana en Andalucía. Es el problema de diseñar estrategias y campañas electorales desde atalayas sin conexión con la calle. Tal vez no pueda ser de otra forma, porque al final algo tendrán que decir los líderes nacionales para que su silencio no sea ocupado por las voces del contrario. Empeñados en hacer del recuento de votos una evaluación de primarias, se acaba cayendo en la trampa, con la connivencia cómoda e incauta de los medios de comunicación, de atribuir los resultados de los nuevos concejales a los jefes nacionales de sus respectivos partidos.
El ruido que generan este tipo de asuntos que se pretenden de interés general, globales, y que únicamente alimentan al votante ideológicamente ya convencido, provoca una mayor dificultad de los candidatos locales para hacer oír sus propuestas. Estaríamos ante la paradoja del gol en propia puerta, del alcaldable incapaz de hacerse oír porque los suyos saturan de ruido el auditorio. Una forma perversa de menguar al candidato propio, convertido en anodino.