La Junta declara Bien de Interés Cultural las mascaradas

B.M
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Esta tradición tiene especial relevancia en Ávila, no solo con las que se han mantenido durante siglos, sino con las que están en proceso de recuperación

La Junta declara Bien de Interés Cultural las mascaradas - Foto: Miriam Chacn ICAL

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León aprobó la declaración de las Mascaradas en Castilla y León Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. Con esta declaración se resuelve el expediente incoado en 2021.

Las Mascaradas en Castilla y León constituyen un conjunto excepcional, diverso y complejo de manifestaciones y rituales festivos que se celebran en pequeñas comunidades rurales en varias provincias de la comunidad, en las que la máscara es el elemento central e identificador de un personaje ritual que interviene en las distintas escenificaciones o representaciones de carácter teatral, interactuando con otros personajes, con los convecinos y con los espectadores que asisten a la festividad.

En el caso de Ávila, las mascaradas tienen una gran tradición (los cucurrumachos de Navalosa ya son Fiesta de Interés Turístico Regional) y además de las tradicionales de siglos hay otros casos en los que en los últimos años se está haciendo un importante esfuerzo de recuperación. En un principio, el expediente tramitado por la Consejería de Cultura sólo incluía en Ávila los Zarramaches de Casavieja y los Cucurrumachos de Navalosa, pero según confirman desde la Consejería finalmente se propone la declaración de Bien de Interés Cultural para todas las mascaradas. Esto se debe, explican, a que durante el procedimiento se recibieron numerosas alegaciones de particulares, ayuntamientos y asociaciones con la pretensión de que las mascaradas celebradas en su localidad fueran incluidas. Como en un principio se pretendía que el nombramiento fuera para las conservadas a lo largo de la historia, se quedaban fuera aquellas manifestaciones revitalizadas en los últimos años.

Por eso, tras el estudio de las alegaciones se decidió que el nombramiento fuera extensivo a todas las actualmente vigentes incluyendo las recuperadas en los últimos años, «por entender que el propio carácter inmaterial de la declaración determina que el impulso y desarrollo de la comunidad portadora, que ha mantenido y revitalizado la tradición, es uno de los valores fundamentales de la propia declaración».

Como parte de la declaración, se recuerda que la transmisión oral, la identidad de los miembros de la colectividad, las acciones que se representan, los personajes que intervienen, la indumentaria y objetos utilizados, la música, los sonidos, el espacio en el que se desarrollan, el marco temporal, el protagonismo de la comunidad, la diversidad de símbolos y significados, la pervivencia a lo largo de la historia y la vitalidad actual, constituyen una relación sintética de los contenidos de estas celebraciones y rituales festivos, que constituyen el objeto de esta declaración.

Hay que tener en cuenta que en Ávila, según la recopilación realizada por Mascarávila, existen mascaradas en diferentes localidades, como por ejemplo las de los Cucurrumachos; en Navalosa; los Harramachos, en Navalacruz; las Toras, en El Fresno; los mMchurreros, en Pedro Bernardo, o los Zarramaches, en Casavieja. Además, los Morrangos, en El Hornillo, están en vías de recuperación.