En una de estas «me van a matar». A ti y a cualquiera. Bromeaba Borja Rubiato tras un partido de infarto en un Adolfo Suárez donde se pasó del murmullo en la grada cuando Nicolás Díaz y Carlos Jiménez ponían en evidencia la falta de contundencia defensiva de los encarnados, al éxtasis total cuando Adeva rubricaba la remontada (4-3) en el descuento. «Me quedo con eso, con que el equipo ha creído, que no ha perdido la cara al partido. Desde el año pasado hay algo que está cambiando. El equipo no pierde la cara a los partidos y dentro del club se está instaurando una mentalidad ganadora. En otras ocasiones, incluso el año en el que estuve como jugador, este partido no lo hubiéramos levantado, pero se ve que el equipo quiere. El día del Astorga el equipo quiso y empató.Hoy –por el domingo– quiso y se ha llevado el partido».
Respiró Borja Rubiato al final de los 90 minutos tras una de esas tardes en las que una derrota hubiera dejado al equipo en una posición delicada. Había que ganar a la Ponferradina B. No sólo era sumar la primera victoria de la temporada y los primeros tres puntos, sino tratar de hacer 'buenos' los empates ante Atlético Astorga y Arandina, dos equipos que, tras una temporada complicada, parecen confirmar que han vuelto a ser lo que era. Y todo ello había que hacerlo con la ausencia de Ivi, pichichi del equipo y del Grupo VIII. Pero en un escenario así, tocó reivindicarse.
Se reivindicó el equipo, cómodo cuando la tarde toca a rebato y el crono obliga a no contemporizar; se reivindicó Rubiato, que acertó con la tecla para resetear a los suyos en el descanso; y se reivindicaron Adeva,Peñalvo y Rober. El primero porque andaba huérfano de gol. «Llevaba mucho sin marcar». Los otros dos porque aprovecharon la oportunidad. «La gente que ha salido del banquillo ha hecho minutos magníficos y esa es la clave, que cuando no toque jugar respeten al compañero, trabajen durante la semana aún más si cabe y aprovechen las oportunidades.Esto es lo que hará grande al equipo. La gente que ha saltado al campo no sólo no ha mantenido el nivel de los compañeros, sino que lo han elevado».
El triunfo, al límite de lo imposible, le cambió la cara a todos, dentro y fuera del club.Pero incluso el 'subidón' del triunfo no debe impedir la autocrítica. «Tenemos que conceder menos, porque estamos en un momento de la temporada en el que concedemos media y nos hacen un gol» señalaba Borja Rubiato tras lo visto. Ocurrió ante el Astorga, pasó en el tramo final ante la Arandina y ocurrió de nuevo ante la Ponferradina B. Ocho goles ha marcado el equipo. Junto al Astorga, es el más realizador. Pero siete ha recibido en tres partidos, el que más junto a Unami,Numancia B y Ponferradina B.No se lo puede permitir un Real Ávila que, si quiere estar arriba debe ser más contundente. De momento la moneda ha salido cara pero puede salir cruz.Mejor no tentar a la suerte.