Parada obligada desde hace un cuarto de siglo

E.Carretero
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Desde 1999, en lo que entonces era una zona sin construir a las afueras de Ávila, en la salida de la CL-505, está en funcionamiento Rivilla, un negocio familiar donde las tapas de casquería triunfan

Parada obligada desde hace un cuarto de siglo - Foto: David González

Un bar de los de toda la vida. De obligada parada y de visita frecuente. Así es el restaurante bar Rivilla, un negocio familiar que abrió sus puertas en 1999 y que un cuarto de siglo después sigue siendo un referente hostelero en la ciudad. 

Los hermanos José y Javier Gómez son los responsables en la actualidad de este bar restaurante que pusieron en marcha sus padres junto con su hermano mayor, que ya tenían experiencia previa en hostelería. Con el nombre, recuerda José, no se lo pensaron mucho y le pusieron el de la zona donde se encontraba este local y cuyas parcelas en su mayoría pertenecían al ex futbolista abulense Feliciano Rivilla, que desarrolló buena parte de su trayectoria deportiva en el Atlético de Madrid. De ahí lo de bar Rivilla. Ésa es la explicación. 

De hecho, recuerda José, cuando el bar abrió en esta zona no había nada construido, lo que no fue óbice para que este negocio pronto comenzara a ser frecuentado tanto por abulenses de otras partes de la ciudad como por viajeros de paso, y en muchos casos también de pueblos próximos a la CL-505, que hacían una parada aquí al llegar o antes de emprender el viaje de vuelta.

A que el bar Rivilla se convirtiera en un lugar de parada obligado contribuyó la buena mano que en la cocina se daba Eloísa, la matriarca de la familia, que antes de jubilarse compartió las recetas de esos guisos tradicionales que tanto han gustado y gustan a los clientes del bar restaurante Rivilla. Tapas tradicionales donde la casquería tiene un lugar destacado con propuestas como callos, morros, pata, rabo y, sobre todo, higaditos, que aquí triunfan. Todas estas tapas se siguen elaborando como lo hacía Eloísa, al modo tradicional y como ella lo aprendió en su casa de Sanchorreja. 

De hecho, cuenta José que cada mañana, al poco de abrir sus puertas, las bandejas con guisos caseros ya están llenas porque no son pocos los que acompañan ese café de la mañana con esos  bocados tradicionales. 

Además de un tentempié al empezar la jornada o a media mañana, Rivilla también tiene servicio de restaurante y también aquí lo que prima es la cocina tradicional, con especial protagonismo de los platos de cuchara. De hecho, los martes y sábado se dedican al cocido, como cuenta José Gómez, que apunta que en fin de semana es mejor reservar porque son muchos los aficionados a este plato tradicional de lo más completo. 

Menú diario, de fin de semana y también especial, en este caso con la carne como protagonista, constituyen la oferta gastronómica del restaurante Rivilla donde también es posible comer o cenar de raciones, una propuesta que los fines de semana tiene también muchos adeptos en este local que cuenta además con terraza, abierta en los días donde el tiempo es más benévolo.