Un Santo Entierro en olor de multitudes

Mayte Rodríguez
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Siete pasos desfilaron en la tarde del Viernes Santo en la procesión de la Pasión y el Santo Entierro, en la que finalmente no estuvo Jesús de Medinaceli

Un Santo Entierro en olor de multitudes - Foto: David Castro

Miles de personas contemplaron la comitiva fúnebre que llevó al cuerpo de Cristo a recorrer las calles de Ávila en la tarde del Viernes Santo ante el dolor de su Madre. La presencia de público fue muy numerosa a lo largo de todo el recorrido, aunque en puntos concretos del centro histórico como la plaza de Santa Teresa o la puerta de la Catedral la procesión de la Pasión y el Santo Entierro resultó especialmente multitudinaria en una Semana Santa en la que los turistas tienen completamente tomada la ciudad y un alto porcentaje de ellos acude a los desfiles procesionales que tampoco suelen perderse muchos de los abulenses que no han salido de la ciudad durante estos días.

El cortejo fúnebre con el Santo Sepulcro llevado a hombros por una veintena de cofrades partía de la iglesia de San Ignacio de Loyola de camino hacia la Catedral, protagonizado por el Real e Ilustre Patronato de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Sepulcro, cuyos cofrades vestían hábito de luto riguroso para acompañar al cuerpo de Cristo en ese trance. Cerrando esta primera comitiva, la Corporación municipal prácticamente al completo, con las mujeres ataviadas de negro riguroso y mantilla española, así como otros representantes civiles y militares.

Una vez en la Catedral, arrancó  oficialmente una procesión en la que, por primera vez, no desfiló la imagen de Jesús Nazareno de Medinaceli, que por decisión de la hermandad de la que es titular fue sustituida por la del Nazareno del Perdón, preciosa talla que refleja a Cristo con la cruz a cuestas.

Un Santo Entierro en olor de multitudesUn Santo Entierro en olor de multitudes - Foto: David CastroEl retumbar de los tambores abría una comitiva en la que no faltaron las últimas palabras de Cristo, mostradas por una representación de la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de los Estudiantes y María Sede de la Sabiduría, flanqueada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, ambas con sede en la iglesia de San Pedro. Y a continuación, la cruz desnuda seguida por la Cofradía del Santísimo Cristo de los Afligidos, el primero de los siete pasos que desfiló en una procesión que comenzó narrando la pasión de Cristo a través de bellísimas tallas y grupos escultóricos. Entre ellos, el que representa el momento de El Prendimiento de Jesús, del que sobresale la delicadeza y precisión con la que fueron talladas las imágenes, con detalles de extraordinario realismo como los pliegues de las túnicas o los  gestos de los protagonistas. Tras él y mientras la tarde iba cayendo sobre la ciudad de Ávila, la citada imagen del Nazareno del Perdón camino del calvario cargando con la cruz y, a continuación, justo antes del paso de la Banda 'Amor y Paz' de Guadalajara, el Santísimo Cristo de las Murallas, pesada y preciosa talla que representa a Cristo crucificado, llevada a hombros por una veintena de penitentes. 

Y tras el crucificado, la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, una piedad que representa el dolor máximo de la madre ante su hijo muerto. Tras ella, los símbolos de la muerte de Cristo y, a continuación, el impresionante Santo Sepulcro escoltado por la Guardia Civil. La imagen de la Virgen Dolorosa completaba un cortejo fúnebre detrás del cual procesionó el administrador diocesano, Jesús García Burillo. Y a continuación, la concejala más joven del Ayuntamiento de Ávila, Azucena Jiménez, portando la bandera de Ávila flanqueda por los maceros y, tras ella, la Corporación municipal y otras autoridades. La encargada de cerrar el desfile procesional del Viernes Santo, en el que procesionaron todas las hermandades y cofradías de la Semana Santa abulense, fue la Banda de Música de Ávila.