La empresa Tecnoverd realizó en la jornada del viernes el tratamiento de 46 olmos de la capital abulense amenazados por la grafiosis. De nombre cuando menos extraño, es la grafiosis una enfermedad causada por el hongo «ceratocistis ulmii» capaz de acabar con la vida de cualquier ‘negrillo’. Por suerte y gracias a las diversas actuaciones encargadas por el Ayuntamiento a esta firma catalana (la última por 3.500 euros) todo parece estar controlado, especialmente en los dos ejemplares que más podrían preocupar en este sentido, el olmo de la plaza de Italia y el del paseo delRastro. De momento la grafiosis no ha hecho mella en estos ejemplares que, por otro lado se tratan de manera conjunta con un grupo mucho más numeroso de ‘negrillos’ que son los que se encuentran en la zona del Lienzo Norte de la Muralla.Precisamente allí se puede ver la letal huella de esta enfermedad que ha acabado con varios árboles, pero también allí es constatable que muchos han reaccionado bien al tratamiento «antes de septiembre murieron tres, pero luego no ha perecido ninguno más», explicaba Antonio García de Tecnoverd.
Tratamiento contra la grafiosis. - Foto: Antonio Bartolomé El tratamiento consiste en perforar la corteza de los árboles con un taladro e introducir a través de unas cánulas el fungicida que acabe con el mortal escolítido pues el líquido que inyectan se reparte por todo el olmo a través de su propia savia. En cualquier caso, la situación reconocían desde la empresa es mucho mejor que cuando comenzaron a tratar a estos árboles en 2009 pues si al principio había un 70% de incidencia de grafiosis, después se bajó a un 10% y ahora «parece que estamos por debajo», explicaba. Ahora bien habrá que esperar para saberlo con exactitud y conocer si responden bien al tratamiento hasta junio o julio que es cuando el hongo está más activo y bloquea los vasos. Para entonces serás las propias hojas las que muestren si hay presencia de enfermedad o no. El problema de esta plaga es tanto su gravedad, ya que de no controlarse es mortal; como la facilidad y velocidad con la que se propaga (ya que el contagio puede ser por contacto, a través de las esporas y también a través de las mismas herramientas con las que se tratan estos árboles si no están bien desinfectadas).