El Barco de Ávila viaja a los tiempos de la matanza del cerdo

I.Camarero Jiménez
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Degustación de chichas, elaboración de chorizos y música tradicional sacaron a las calles a decenas de personas dispuestas a revivir una tradición reconvertida en recurso turístico

El Barco de Ávila viaja a los tiempos de la matanza del cerdo

En tiempos no tan lejanos y en la inmensa mayoría de los pueblos el invierno era sinónimo de la matanza del cerdo. Aquello es historia (casi), pero también patrimonio cultural. Con el paso de los años, no en todos los lugares, pero sí en la mayoría esta tradición fue a menos, pero no debe ser olvidada pues al fin y al cabo permitía el autoabastecimiento de las familias durante meses. Para recordarlo, son muchos los ayuntamientos abulenses que han tenido a bien recuperarlo e incluso explotarlo como «recurso turístico». Uno de esos pueblos es El Barco de  Ávila que este fin de semana ha revivido algunos de esos momentos de la matanza, que no todos. Con la colaboración de muchos y la participación de los vecinos y de los visitantes (de la comarca y de otras provincias), la plaza Mayor de El Barco se transformó en el lugar en el que degustar las chichas, hacer los chorizos y exponer algunas de las herramientas que en su día se utilizaron en aquel evento social.

El concejal de Turismo, Guillermo Marín recuerda que con el Consistorio ha estado la Carnicería Ubaldo, Pinocho (para poner el toque dulce a la jornada) y La Vinoteca. Con ellos el grupo de Dulzaina barcense y la asociación tan ligada a ese grupo como es «A mi Barco», que se ha encargado de dar forma a la matanza y repartir la gran cantidad de kilos con los que elaboraron esas sabrosas chichas. Durante más de dos horas y hasta que se acabaron las raciones, cosa fácil porque más de uno repitió, se celebró una jornada que también buscaba recuperar lo que en su día fue. Una fiesta familiar, entre amigos y para socializar.

Son ocho años celebrando este evento que ni puede ni debe caer en el olvido y hacerlo en el invierno que es cuando se organizaba en los tiempos de máximo esplendor.

El Barco de Ávila viaja a los tiempos de la matanza del cerdoEl Barco de Ávila viaja a los tiempos de la matanza del cerdoLo cierto es que en El Barco no ha desaparecido del todo, pero cada vez son menos los que la practican.Aunque en ocasiones también se compra la carne y después se aliña como antaño en las artesas o se prepara para su conservación a posteriori.

De todo eso va esta fiesta de recuperar tradiciones (como en su día se hizo también con la judiada que se hizo con motivo del Día Mundial de la Legumbre )y de hacer participar a los vecinos del pueblo y también de los alrededores y es que como se suele anunciar en redes sociales y por diferentes canales, tiene gran aceptación y la animación está asegurada. Además se trata de dinamizar la economía y también en lo que respecta a bares y restaurantes. Es por eso que aunque se ofrece un pincho no se da bebida para que la gente consuma en los establecimientos de hostelería y allí también repercuta la celebración. Por lo demás mucho movimiento y muchas familias que quisieron recordar viejos tiempos en un día magnífico, fresco pues en invierno estamos pero agradable y de cielos despejados.