Habrán observado que anda revuelta la ciudadanía, y muy especialmente las familias, una vez que se ha conocido lo que es capaz de hacer la tecnología informática en su fase más avanzada. Porque resulta que hay un programa, o una aplicación, en internet que se puede descargar fácil y gratuitamente, en el que introduces una foto de una persona y te la devuelve despojada de toda vestimenta, es decir, desnuda. El revuelo ha sido mayor cuando se ha comprobado que a ese programa habían accedido menores, lo habían utilizado y disponían de esas imágenes, de algunas muchachas, para hacerlas circular por la red. Con el mismo procedimiento, y con la misma facilidad, se podría utilizar tal técnica para coaccionar, para chantajear, para acosar, o para muchas otras maldades nada difíciles de imaginar.
Pues ya ven; esa aplicación parece ser una manifestación bien sencilla, pura y simple, de lo que se viene denominando "Inteligencia Artificial", ya muy conocida por sus siglas IA, o AI, según el orden de las palabras en los distintos idiomas. La reflexión que hay detrás es evidente: si va a llegar un momento en que la tal IA sea una inteligencia nada artificial y tan real o verdadera que pueda incluso sobrepasarnos, independizarse de nosotros y funcionar por su cuenta, con su propia racionalidad y sus propios criterios. El debate no es nuevo: a lo largo de la historia, ante ciertos descubrimientos, existió el temor de que el ser humano terminara perdiendo el control de lo que inventaba o descubría y de ahí fueran derivando consecuencias inevitables incluso para quienes habían realizado enormes esfuerzos científicos para obtener un determinado hallazgo o diseñar un determinado producto.
No hace mucho, un grupo de unos doscientos investigadores en IA de distintos países firmaron un manifiesto dirigido a los principales gobernantes del planeta. Les pedían que se ralentizara la investigación en IA, incluso que invirtieran menos en ella, porque estaba yendo demasiado deprisa. Más o menos, era como decir que esos científicos percibían el riesgo del "fuera de control" a un plazo relativamente corto y no sabían aún si podría ser neutralizado. Así que es para pensarlo, con inteligencia, artificial o natural.