San Esteban del Valle despidió este fin de semana sus fiestas de invierno en honor a su patrón, San Pedro Bautista, protomártir del Japón y oriundo de este municipio abulense. Tras celebrarse el fin de semana anterior los actos religiosos en tributo al santo, éste estuvo dedicado a la Santa Cabeza, conmemorándose la llegada de la reliquia al pueblo en el año 1891. Por la mañana, vecinos e hijos del pueblo llegados para la ocasión mostraron su devoción en la misa mayor celebrada en la iglesia parroquial y en la posterior procesión, que les llevó a recorrer las calles de San Esteban con la imagen de San Pedro Bautista y la Santa Cabeza portadas a hombros por miembros de la cofradía con final en la ermita. No faltó tampoco la tradicional subasta de banzos.

Con San Esteban del Valle engalanado para la ocasión, ya por la noche tuvo lugar el vítor, la singular procesión protagonizada por jinetes a caballo en la que los asistentes llevan cintas rojas en la frente, en recuerdo del martirio al que San Pedro Bautista fue sometido en tierras japonesas en 1597, mientras se narran en voz alta la vicisitudes por las que pasó y los fieles entonan la palabra 'vítor' al término de cada estrofa. En este segundo vítor del año, los versos que se recitan explican cómo trescientos años después del martirio llegó la Santa Cabeza hasta el pueblo. Igual que el fin de semana anterior, en el que ambos debutaron en estas lides, fueron Iván García y  Sergio Gómez quienes, respectivamente, declamaron las décimas y guiaron  una procesión en la que los jinetes volvieron a portar antorchas en la mano en un ambiente de fervorosa devoción. 

Tras el baile celebrado el sábado después del vítor, este domingo hubo cata de vino de pitarra y gymkana infantil.