Localizado en Ávila un joven que había desaparecido en Parla

E.Carretero
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A Aitor Blanco, vecino de la localidad madrileña de Parla de 32 años, se le perdió el rastro el lunes. Se encontraba en un pueblo abulense al que había venido para asistir al entierro de una de las cuatro jóvenes arrolladas por el tren en Montmeló

Buscan a un joven desaparecido que dijo que venía a Ávila

Aitor Blanco Verdugo tiene 32 años y vive en la localidad madrileña de Parla. El lunes le dijo a su casera que iba a Ávila y que regresaría a última hora de la tarde. Desde ese momento nadie le volvió a ver ni a tener noticias suyas. De hecho, la última vez que se conectó con el móvil fue a las 15,16 horas y desde entonces su terminal estaba apagado o fuera de cobertura. Este jueves, después de tres días sin saber nada de él, su familia, que también reside en la misma localidad madrileña, se ponía en contacto con Diario de Ávila para pedir ayuda para localizar a su hermano. Apenas una hora después de que este periódico se hiciera eco de esta desaparición, el joven era localizado en una pueblo de la provincia de Ávila en perfecto estado, tal y como aseguraba, con alivio, la familia.   

fin a tres días de angustia. La localización de Aitor ponía fin a tres días de preocupación y angustia para sus familiares que pese a la incertidumbre nunca dudaron de lo que el joven le dijo a su casera y estaban más o menos seguros de que éste podía estar en Ávila. No en vano, horas antes de que le perdieran la pista, Aitor le había comentado a su prima que la hija de un ex jefe suyo, de 19 años, era una de los cuatro jóvenes que había muerto el domingo tras ser arrollados por un tren de Cercanías a su paso por el municipio barcelonés de Montmeló. 

«No es propio de él», reconocía Ariadna Blanco, su hermana, al hablar de la desaparición de Aitor, un joven que «siempre está en contacto con la familia» y que «nunca» había actuado de este modo. También desde un principio a Ariadna y al resto de la familia les extrañó que el joven se dirigiera a Ávila porque ni a ella ni a ningún otro familiar o amigo les constaba que ni en la capital abulense ni en la provincia conociera Aitor a nadie. Lo único que entonces se le ocurrió a Ariadna, en busca de algún tipo de conexión lógica, es que su hermano hubiera venido a Ávila para asistir al funeral de esa joven arrollada por el tren porque ella creía recordar que la familia de uno de los ex jefes de su hermano era de esta provincia. Finalmente, lo que eran conjeturas familiares buscando un comportamiento lógico resultaron ser así, ya que al parecer, y según lo relatado tras la localización por su hermana, el joven había viajado a la provincia de Ávila el lunes con el objetivo de asistir al funeral de esta chica de 19 años y que desde entonces se encontraba en un pueblo abulense.