Clamor en Pedro Bernardo: "Estamos hartos ya de fuegos"

Mayte Rodríguez
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El monte Abantera, que ya se quemó en el gran incendio de 1986, vuelve a ser pasto de las llamas ante la desolación de un pueblo muy castigado por los incendios

Clamor en Pedro Bernardo: "Estamos hartos ya de fuegos" - Foto: David Castro

No es casualidad que en Balcón del Tiétar haya una asociación ciudadana llamada 'Pedro Bernardo Siempre Verde', que lleva en su nombre la aspiración colectiva de sus gentes. Si hay un pueblo de la provincia de Ávila que ha sufrido la devastación del fuego una y otra vez es este precioso lugar en el que las casas cuelgan de la falda de la montaña cuyos vecinos hoy ven, con impotencia y desesperación, cómo vuelve a arder el monte de la Abantera, el mismo que se quemó en el gran incendio del año 1986. Aquella pesadilla se repite hoy sin que nada puedan hacer para evitarlo. «Entonces subimos nosotros a apagar el fuego, ahora no nos dejan ni acercarnos», comentaba este domingo al mediodía un grupo de hombres que observaban el trabajo de los medios aéreos desde uno de los muchos miradores que hay en Pedro Bernardo, pueblo orientado a sus montes verdes y desde el que la vista vuelve a estar teñida por el negro que dejan las llamas a a su paso, arrasando masas enteras del pinar que ya fue repoblado tras el incendio de 1986.

«Nosotros éramos niños, teníamos diez u once años, pero nos acordamos perfectamente de aquel fuego porque fue tremendo», nos cuentan tres veraneantes que, pese a no vivir todo el año en Pedro Bernardo, tienen allí sus raíces familiares y van a menudo al que sienten su pueblo. «Se está quemando el mismo monte que entonces, es una pena que la historia se repita, yo nunca pensé que volvería a ver arder el monte Abantera», confiesa uno de ellos. El otro, que ha madrugado para hacer una ruta en bicicleta antes de que a las nueve de la mañana la Guardia Civil cortara la carretera que comunica el municipio con el puerto de Pedro Bernardo para evitar precisamente que nadie pueda acercarse a las llamas, explica que hace 36 años «el fuego también vino de la zona de Santa Cruz del Valle y saltó al otro lado del monte para llegar hasta aquí y quemarlo todo». Y tanto. Aquel gran fuego que Pedro Bernardo tiene grabado en su memoria colectiva arrasó 8.000 hectáreas de pinar y falleció un concejal cucharero que participaba en el operativo. 

Clamor en Pedro Bernardo: Clamor en Pedro Bernardo: "Estamos hartos ya de fuegos" - Foto: David CastroCasi cuatro décadas han transcurrido desde entonces, tiempo en el que el fuego no ha dejado tranquilos a los vecinos de Pedro Bernardo, que tampoco olvidan el de septiembre del año 2000, en el que falleció un vecino de Lanzahíta que participaba en la extinción de un fuego que calcinó más de 3.100 hectáreas de pinar. En aquella ocasión hubo que evacuar parcialmente el pueblo, principalmente a los ancianos de la residencia de Pedro Bernardo y ahora es otra de las preocupaciones de los vecinos: «Las llamas no parece que vayan a llegar aquí porque hoy se ve que el fuego está lejos del pueblo, pero si cambia el viento y el humo empieza a venir hacia las casas pueden evacuarnos para evitar que lo respiremos y la gente no quiere irse del pueblo de ninguna manera», nos cuenta un hombre que también está atento al ir y venir de los helicópteros y los aviones del operativo, que descargan agua constantemente sobre el fuego.

Solo de vez en cuando se aprecian llamas, la estampa que en la mañana del domingo deja el incendio es la de varias columnas de un humo denso que, poco a poco, va haciendo desaparecer el pinar del monte Abantera, en cuya base hay una pequeña urbanizacion que finalmente tuvo que ser desalojada a última hora de la tarde del domingo de forma preventiva. 

«Contadlo bien, decir que estamos hartos ya de fuegos en Pedro Bernardo», clama un hombre cuando el equipo de este diario desplazado hasta allí abandonaba el pueblo en dirección al puesto de mando avanzado.

Desde la cercana localidad de Lanzahíta sólo se ve una columna de humo después de que las llamas quemaran parte de los montes cercanos en dirección a Pedro Bernardo, en cuya zona más alta se aprecia el contraste entre el negro y el verde de los pinos a los que no alcanzó el fuego. Allí, una mujer que atiende un puesto de venta de sandías y melones se queja también de que ya no se permite a los vecinos de los pueblos ir a apagar los incendios. «Nosotros somos quien mejor conoce nuestro monte», reivindica ella, mientras en el bar de al lado un grupo de hombres charla sobre la evolución de las llamas y observa el paso de los helicópteros, que alrededor de a una de la tarde están centrados en los montes de Pedro Bernardo, que es donde se encuentra el frente de llama.

Mientras los parroquianos pasan la mañana del domingo en la terraza del bar comentando los avances del fuego, un grupo de integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que están participando en las labores de extinción se dirigen a pie hacia el polideportivo de Lanzahíta, donde la UME tiene su base temporal mientras dure este incendio que vuelve a tener en vilo a esta zona de la provincia de Ávila, tan bella y tan castigada por el fuego.

El último incendio que afectó a  Pedro Bernardo tuvo lugar hace solo tres años, cuando a principios de julio de 2019 las llamas se iniciaron en Gavilanes y acabaron llegando hasta allí, calcinando 1.400 hectáreas de ambos términos municipales. La historia se repite con demasiada frecuencia. En el ánimo de los cuchareros cunde la frustración.