El espíritu del circo toma San Antonio

I.Camarero Jiménez
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Es una de las novedades de esta edición, el jardín de la zona norte acoge una variada apuesta circense mirando a los más pequeños. Una experiencia para toda la familia.

El espíritu del circo toma San Antonio

San Antonio, ese pulmón verde de la ciudad en el que muchos se refugian del calor bajo las sombras de sus enormes árboles fue este viernes más que nunca un imán para los abulenses porque hasta allí se ha trasladado gran parte de los espectáculos infantiles del FestivalInternacional de Circo de Castilla y León. A pie de jardín o bajo carpas fueron muchas las familias que decidieron pasar una jornada de lo más agradable a base de sonrisas y disfrute. Además, las propuestas eran, y seguirán siendo -porque se repiten hoy y mañana en su mayoría-, de lo más variadas. Van de lo sencillo a lo complejo. Muchas, gratuitas, alguna, de pago, pero ante todo interesantes. Ayer el público todavía pasó calor, bastante, sobre todo en las propuestas que son bajo carpa, pero el buen hacer de los artistas lo cierto es que hace que casi olvidemos que estamos sudando. 

Incluso algunos buscaron remedios para ese calor.Eso ocurrió en el precioso tiovivo musical instalado en el parque. Un divertimento movido a pie de pedal por una de las dos anfitrionas de la atracción. Mientras ella lo accionaba, su compañera  interactuaba con los niños y de vez en cuando pulverizaba un poquito de agua fresca sobre los chiquillos que montaban en el tiovivo. Por cierto los habitáculos eran imponentes instrumentos musicales con aspecto de hojalata. Ecológico, divertido, musical... Eso sí,  hay que hacer cola para montar porque son apenas media docena de niños los que suben en cada turno. Ténganlo en cuenta a la hora de acudir.

Algo parecido ocurre en otra de las propuestas de este circo en el jardín, además es un estreno mundial que tan sólo dura cinco minutos pero que son turnos de cuatro personas cada una de las veces. La belleza de lo sencillo, de los títeres en miniatura que ofrece Kokoro Teatro con su espectáculo 'El circo de la luna'. Sentados en pequeños taburetes, tapados con una lona y  provistos de auriculares llegaba el momento de asomarse a la ventana del mundo del títere con una historia que sólo se representa en noches de luna llena, una historia alegre para todos menos para Gambina, una payasa que soñaba con ser equilibrista. «Toda una experiencia sensorial y emocional», proponen.

Es el circo en el que se ha convertido San Antonio por tres días una propuesta internacional, el tiovivo tiene acento francés y hay más espectáculos importados como la divertida propuesta de Circusdrome, el holandés que tiene 'La llave del círculo'. Un sólo artista encantado de interactuar con el público, que en cada pase se acerca a los 80 asistentes y que hace reír con un español de lo más logrado y con la forma de contar su vida, la de un joven que heredó de su abuelo un circo peculiar pero que precisa encontrar la llave que le otorgue los elementos que hicieron de su abuelo un hombre único, su abrigo circense, el bigote postizo y el sombrero plegable. No faltan números de malabares, de magia, de equilibrismo y ante todo la magia de las sonrisas que provoca en el público.Son dos euros que abren la puerta al disfrute. Otra de las propuestas interesantes nos acerca a  Chapiteau Magique de Doble Mandoble, la historia del profesor Galvani en su viaje en busca de un elegido que libere a su monstruo y a él de su incómoda compañía. Magia y humor a partes iguales y  muy del agrado del público, a tenor de las caras de los más pequeños.

Todo esto y más fue ayer San Antonio en donde también los asistentes pudieron retratarse con las técnicas usadas en el siglo XIX gracias a la propuesta de  La Bella Aurelia y su 'Cámara minutera'. Revivir esos retratos que se tomaban en las calles, vestidos de época también en esta ocasión y procediendo a revelar la imagen fotográfica ante nuestros ojos. También aquí hay que hacer cola. Advertimos.

Como ésta más propuestas, tales como la de Circusdrome y 'Levita, la chica flotante' llegada nada menos que de Países Bajos.