El Real Ávila cerró con su empate contra el líder  el pasado domingo en el Adolfo Suárez un complicado tramo del calendario del que el equipo de Borja Rubiato sale fortalecido, habiendo ganado cinco de los nueve puntos en juego ante tres de los mejores equipos del grupo VIII de Tercera RFEF, con el añadido de que además dos de esos partidos los disputó como visitante.

Es evidente la mejoría registrada por el equipo abulense tanto en juego como en resultados, lo que le ha llevado a encadenar una racha de siete partidos consecutivos, sin conocer la derrota, un tramo en el que ha logrado cinco victorias y dos empates. De hecho, los abulenses no pierden desde que lo hicieran el pasado 20 de noviembre en el Adolfo Suárez ante La Virgen del Camino por 1-3. Desde entonces su progresión les ha llevado hasta la tercera posición que ahora mismo ocupan.

Dos empates consecutivos ante el segundo y el primero de la clasificación ,y en ambos partidos mereciendo una mejor suerte, evidencian la capacidad que ahora mismo tiene el Real Ávila de plantar cara a cualquier equipo del grupo.

Consolidarse entre los cinco primeros clasificados es el objetivo principal para lo que resta de temporada, afrontando ahora un tramo del calendario que parece más asequible que el que acaba de atravesar, lo que puede ser propicio para que los abulenses se aferren a esa zona alta de la clasificación a la que han llegado después de disipar dudas.

La Ponferradina B, noveno clasificado el próximo sábado 28 de enero a partir de las 16,00 horas, será el próximo rival del Ávila, que luego tendrá dos partidos consecutivos en el AdolfoSuárez, ante el Unami, colista, el 5 de febrero, y una semana después contra el Mirandés B de Jónathan Prado, para el día 19 jugar en Palencia y cerrar febrero el día 26 en casa ante el Almazán.