El río electoral baja sucio y revuelto. Su función, como la Cloaca Máxima, es drenar y recoger toda inmundicia; las urnas depurarán toda la basura política.
Municipales y autonómicas serán un termómetro para populistas, nacionalistas, ultras, independentistas, oposición y gobierno. Tropezarán algunos, otros se tambalearán, nadie saldrá indemne y, tal vez, muchos con las nalgas al aire.
Estamos asistiendo a una de las campañas más ruines en la que prevalece un todos contra todos, da igual propios que extraños. La hemeroteca, las filtraciones, la venganza entre familias y clanes del propio partido afloran como hongos.
Las elecciones de mayo reflejarán el sentir de los ciudadanos al elegir a políticos más cercanos, y sabemos que no necesariamente la vinculación ideológica es la propuesta que prime este voto, pero ya vemos a expertos y analistas proyectar y vincular los resultados –de momento encuestas– hacia las generales. Primer error, no funciona así.
Ver, leer, y escuchar las declaraciones de líderes y aspirantes, sin entrar en gran detalle, nos es suficiente para conocer el pelaje de cada uno. Estas aguas autonómicas y municipales son más familiares, poco profundas, salvables incluso para nadadores mediocres, pero son tributarias de una corriente más principal, y en esa todo es más complejo. El gran río de las generales es profundo, caudaloso y peligroso incluso para bañistas experimentados.
Para las generales, hacia finales de 2023, dispondremos de una primera impresión. Cómo han iniciado el mandato los elegidos, en mayo, el derrotero que están marcando, y como los valoran sus líderes. ¿De verdad están aportando?, el tiempo nos hablará, como votantes, sobre nuestro acierto o no en esas primeras elecciones y perfilará nuestro voto para las generales.
Mientras, recordaremos algunos sucedidos, comentarios y ocurrencias recientes por si nos ayudan a meditar. Sabemos que usted conoce muchas más.
¿Será verdad que Iglesias marca la pauta en Podemos? ¿Sigue, mandando desde la sombra?, pues contra las sombras luz. Abomina de la vicepresidenta Díaz, el exlíder polariza y divide a la izquierda. Si hay que dar a compañeros de viaje, da igual la vicepresidenta Díaz o el presidente Sánchez, pues se les da, y punto. Perdió la vicepresidencia, perdió Madrid y está difuminando a Podemos. Es experto en demoliciones. Personajes de todos los partidos confunden su esperpento interior con la ideología, sentir y necesidad social ¿De verdad quieren otro ejemplo?, la política feminista y la tensión generada entre Socialistas, Carmen Calvo, y Podemos, Irene Montero. Nadie gana o lo que es lo mismo todos pierden, sobre todo los ciudadanos. El «divide et impera» funciona aquí a la contra: que cerebros.
En este maremágnum aparecen unidas las voces de Populares y ultraderechistas de VOX ¿Recuerdan lo de Babel? ¿De verdad son compatibles? ¿Es consciente el Partido Popular de sus pactos con la ultraderecha y las consecuencias?
Se ha registrado una moción de censura presentada por un excomunista de la mano de VOX ¿De verdad? Dará que hablar, mientras: ver para creer.
El número de votos de los poderosos es uno por cabeza. Los afectados por la política de las grandes empresas son millones de personas y votos: ojo. La derecha pasa de puntillas sobre los impuestos a grandes bancos y eléctricas, pero en las generales puede suponer la pérdida de muchos votos, y lo saben ¿De verdad que hay quien cree que todos los votos no son iguales? Pues esa es postura propia de extremistas, racistas, nacionalistas, ultras y poderosos, y se debe recordar que siempre suman más los votos del resto de las personas, las de bien y las otras.
Podemos decía aquello de que no hay izquierda y derecha sino arriba y abajo; el 19 de febrero Borja Sémper, del PP, afirmaba que «las medidas que España necesita no responden al eje izquierda o derecha» ¿De verdad que ambos partidos funcionan sobre el mismo eje? Suena a Barrio Sésamo ¿Recuerdan?
¿De verdad que Feijóo conoce donde se ha metido? Le recomendamos la lectura de las felicitaciones de los fieles a Casado tras su discurso y después el apuñalamiento a lo Cesar. Al caído solo le faltó decir aquello de ¿«tu también hijo mío»?, pues hijos políticos suyos eran todos a quienes encumbró, por cierto, ahí siguen. Escribimos hace tiempo en este Diario de Ávila que Casado no entraría en el «Paraíso Monclovita», viendo los aires que corren su sucesor debería atarse los machos. ¿De verdad Casado le habrá advertido, en el almuerzo que han compartido, de quien guardarse? A Ayuso parece que no le gustó el encuentro. No la invitaron a comer.
¿Creen, de verdad, que se puede encerrar en el baúl de los recuerdos a un Casado, presidente del partido, como si tal cosa?
¿De verdad llegó tarde Podemos al registro para incorporarse a la agrupación de izquierdas en la coalición para las elecciones en Andalucía?
¿De verdad Iglesias eligió a Yolanda Díaz y después…?
¿De verdad que presentar a Sánchez Mato frente a Carmena, en las municipales para Madrid en 2019, fue medido –o intencionado– vistas las consecuencias?
¿De verdad Belarra es la persona más adecuada, madura y experimentada para llevar el peso de Podemos?
¿De verdad Ciudadanos no se ha dado cuenta de que es luz de gas?
¿De verdad que independentistas, antisistema y nacionalistas rancios siguen en la prehistoria?
¿De verdad Sánchez tiene claro que quiere volver a la Moncloa?
Algunos líderes y partidos van de tropiezo en tropiezo hasta la caída total. Nuevos escándalos discurren por la cloaca: el entorno de la alcaldesa de Marbella, del PP. El caso 'Mediador' del ya exdiputado del PSOE en Canarias, en el que están implicados políticos y empresarios. Todo vergonzoso. Veremos cuantos más brotan hasta las elecciones de fin de año. Ya advierte mi amigo Gil, quien me recuerda: esto no ha hecho más que empezar.
¿De verdad que sobreviviremos? ¡Horror!