Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


A gobernar

05/09/2023

Esa es mi principal petición a la Junta de Castilla y León ante lo que llaman, con cierta cursilería, el nuevo curso político: a gobernar, que Mañueco y su equipo se pongan a gobernar. Y cuanto antes, porque, a mi juicio, llevamos varios meses paralizados, casi con encefalograma plano. El asunto empezó con la llegada de Feijóo a la cima del PP. Mañueco, como otros presidentes autonómicos populares, se pegó a él y le vimos recorriendo España, casi siempre lejos de Castilla y León. Había que potenciar al ex presidente gallego y, a la vez, que él viera la cantidad de leales que tenía por doquier. Después vinieron las elecciones municipales y toda acción de gobierno (si es que hubo alguna destacable) se volcó en los comicios, considerados por muchos como un anticipo de las generales y, especialmente, como un plebiscito sobre Pedro Sánchez. Obviamente, Mañueco y García-Gallardo, presidente y vicepresidente de la Junta, estuvieron más pendientes de la campaña electoral que de gobernar. El PP ganó con claridad y logró, eso sí, pactando con Vox, alcaldías tan importantes como las de Valladolid y Burgos. Ya tocaba arremangarse y ponerse a gobernar, a tomar decisiones, a mandar proyectos de ley a las Cortes. Pues, no. Pedro Sánchez adelantó las elecciones a finales de julio y, hala, toda la maquinaría de los partidos se puso nuevamente en marcha. Feijóo, a la Moncloa. Mañueco fue de los que más se lo creyó y de los que participó en mítines y actos diversos acá y acullá. ¿Él y otros destacados peperos se veían ya ministros? Es posible, aunque todos lo nieguen. El caso es que la Junta siguió adormilada, con poca actividad, como si fuera agosto. Las urnas dijeron lo que dijeron, llegó la decepción a las filas del PP, solo paliada por su indiscutible victoria aquí, y la atención volvió a centrarse en Feijóo y su investidura. Castilla y León, otra vez a segundo plano. Ya ni siquiera ha piado García-Gallardo, que se lame las heridas del fuerte varapalo del 23-J y también está a la espera de lo que ocurra en Madrid. ¡Ay, Madrid, Madrid! Y aquí, ¿qué pasa aquí?