"Aunque haya que atracar un banco, volveremos al Dhaulagiri"

A.S.G.
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La falta de patrocinador y el cierre de la frontera fueron dos barreras insuperables para Carlos Soria en su deseo de escalar, este otoño, el Shisha Pangma, uno de los dos ochomiles que le restan

Carlos Soria, en su última expedición al Dhaulagiri el pasado mes de abril. - Foto: @RetoCarlosSoria

Volverá a escalar un ochomil, pero no será ahora. Quería hacerlo, pero no le ha sido posible. Esta vez Carlos Soria había puesto su mirada en el Shisha Pangma (8.027 metros), una de las dos cumbres que aún le restan para ser la persona de mayor edad en haber conquistado los 14 ochomiles del planeta. No abrió China la frontera. Ante eso no había nada que hacer. Sin embargo, el veterano montañero abulense –83 años– tampoco encontró el respaldo económico que necesita. «A todo el mundo les parece fantástica mi historia, mi proyecto, pero a la hora de la verdad... Estoy fastidiado porque no he conseguido un patrocinador para este otoño, no lo he conseguido» se sincera el abulense tras un verano en el que los patrocinadores le han vuelto a dar la espalda. Pero aunque el reto de conseguir apoyos se ha convertido en tanto o más difícil que el ascenso al Dhaulagiri (8.167 metros), lo seguirá intentando.Y aunque en su DNIya pondrá que tiene 84 años, «en primavera vamos a volver al Dhaulagiri».

Seguirá entrenando «como si me fuera a ir mañana».Porque este verano se había preparado a conciencia.«He entrenado muy fuerte este año. Tanto que me han pedido aflojar» comenta. Y es que a sus 83 años «he hecho algunos entrenamientos de 33 kilómetros y 11 horas. No está mal para mi edad» ironiza. Inclusive, en su preparación no falta el rocódromo. «No me sirve mucho para la escalada que yo hago, pero disfruto mucho y me va muy bien para la cabeza. Disfruto como un enano». La última prueba de esfuerzo a la que se sometió no refleja de la edad que tiene. «Desde hace dos años, con la pandemia, no me hacía ninguna». Volvió de nuevo a ponerse a prueba. «Si la otra vez duré ocho minutos corriendo en la cinta, y yo correr no corro mucho, en esta ocasión he durado dos minutos más. Estoy satisfecho».

Se había preparado.Por su parte lo tenía todo dispuesto, pero en este otoño no habrá expedición. Esta vez no era al Dhaulagiri sino al Shisha Pangma. «China no ha abierto la frontera.La tienen cerrada». Un problema ante el que no hay solución. Pero no es lo que le ha dolido, sino la falta de patrocinadores. «Estoy disgustado».

Respeta todas las opiniones. «Hay gente que opina que a lo mejor a las empresas les asusta mi edad porque me pueda pasar algo» se sincera ante comentarios que le llegan a través de las redes sociales. Se defiende. «Soy uno de los alpinistas que más veces he estado por encima de los 7.000 metros. Hasta en 14 ocasiones, aunque no haya conseguido alcanzar la cima, he estado por encima de los 8.000 metros. Puedo decir que tengo todos mis dedos enteros, los de las manos y los de los pies. Nunca he tenido una congelación y nunca me han tenido que sacar» describe. Y tiene clara una cosa, «si no me veo en condiciones, no voy». Siempre se ha guiado por la prudencia y así seguirá.  

Y como en otoño no ha podido ser, toca mirar a la primavera de 2023. Y aquí lo tiene muy claro. «Como digo a mis amigos, para la primavera que viene, aunque tengamos que atracar un banco, vamos a ir al Nepal para volver a intentar subir al Dhaulagiri. Tenemos que hacerlo posible. Vamos a intentarlo con todas las ganas». Va a necesitar ayuda de todos.

«El objetivo para el año que viene es el Dhaulagiri y necesito algún patrocinador» comenta Carlos Soria, que ha emprendido sus últimas expediciones sin el respaldo económico adecuado. «He ido muy justo... Pero lo que necesito es ir con mis dos compañeros», Sito Carcavilla y Luis MiguelLópez Soriano. «El próximo año me gustaría ir con medios, con logística».

El reto de los 14 ochomiles es difícil, pero el de conseguir patrocinador se ha convertido en un reto mayor. «Es otro rollo al que yo no estoy acostumbrado. No valgo para ello. Cuento lo que hay pero no lo adorno» ironiza el veterano montañero abulense, una de las figuras más visibles en este deporte y no sólo a nivel nacional. Es uno de los pocos deportistas españoles a los que la revista L'Equipe le ha dedicado un número. «Aquí las cosas se ven de otra manera. A todo el mundo les parece fantástica mi historia, mi proyecto, pero a la hora de la verdad...»

No es el verano un buen momento para buscar apoyos. Será una tarea en la que se sumerja a partir de ahora. Le pone una cifra aproximada. «Para una expedición de este tipo lo ideal sería tener 100.000 euros, pero podemos ir con menos dinero» explica Carlos Soria ante lo que viene suponiendo un reto de esta envergadura. «Con menos dinero podemos ir, pero lo ideal serían 100.000 euros para llevar una expedición en condiciones, hacer un treeking, aclimatarse y poder subir con medios».

Se trata de una búsqueda contrarreloj en todos los sentidos. «Sé que el tiempo va en mi contra, que van a ser seis meses más, que voy a ir con 84 años. Hay gente que dice que eso asusta pero yo, viéndolo desde otro punto de vista, lo que pienso es 'joer este tío con 84 años lo que es capaz de hacer'. Lo que está claro es que cuando no pueda, no iré.El cuerpo es el que te va dictando lo que tienes que hacer en cada momento si lo sabes escuchar. Y de momento estoy en condiciones».  Frente al 'vaso medio vacío' el 'vaso medio lleno'. «Lo que un patrocinador debe fijarse es en la visibilidad que tengo en todo el mundo, en mi historial, mi prudencia, que cuento cosas agradables, que he estado en montañas muy complicadas».Porque Carlos Soria es una referencia en este deporte.

Se quedó cerca. Se quedó de nuevo muy cerca en el último intento la pasada primavera, en el mes de abril. Junto a Sito Carcavilla fueron capaces de alcanzar el Campo 3, pero se quedaron (7.500 metros) a un paso de la cima. «Llegamos en unas condiciones muy complicadas» recuerda ante lo que se encontraron a medida que fueron ascendiendo.

Salieron con muchas ganas y fuerza desde el Campo Base ante la oportunidad que se les abrió. «Subimos muy rápidos. Estábamos muy bien aclimatados.En esos momentos la montaña estaba en buenas condiciones» recuerda ante los primeros pasos en los campos de altura. Pero todo fue cambiando con el paso de las jornadas y en especial con el ascenso desde el Campo 2 al Campo 3. «Al llegar al Campo 3 había mucha nieve polvo y mucho hielo.Las cuerdas estaban enterradas. Nos costó mucho trabajo por tener que desenterrarlas. Llegamos al atardecer y la noche fue muy difícil. Nos tuvimos que bajar» describe ante el mal tiempo que encontraron en la parte alta. Es cierto que en aquellos días logró coronar la cima una montañera noruega y un sherpa, pero también el Dhaulagiri se cobró la vida de un montañero que fallecía en el descenso un montañero por agotamiento. «No hubo otra oportunidad para nosotros».

Una historia de amor-odio   

No hay forma.La historia de Carlos Soria con el Dhaulagiri es una historia de amor-odio. «No es la montaña más difícil a la que me he enfrentado, pero sí la que más se me está resistiendo» dice. Un ochomil que se cruzó en su vida por primera vez en 1998. Desde entonces, le ha ocurrido de todo. Lo volvería a intentar en el 2001. Una expedición con un final trágico junto a Edurne Pasabán, Silvio Mondiello y Pepe Garcés, que perdía la vida al resbalar durante la travesía en una de las partes más altas. Llegarían después los intentos en la primavera de 2006, otoño de 2011 y 2016, cuando alcanzaría los 7.600 metros de altura. Y es que en varias ocasiones se ha quedado muy cerca. Desde aquel 2016 no ha cesado de intentarlo. Lo haría en primavera y otoño de 2017. Si en mayo se quedaba a 400 metros de la cima, en septiembre fue la mala visibilidad la que le obligó a darse la vuelta a dos horas de hacer cumbre y tras confundir el corredor a la cima. En 2018 de nuevo habría intento en primavera y otoño. En primavera era el fuerte viento el que le impedía el ataque desde el Campo 3. En otoño el mal tiempo no de dio opciones. La abundante nieve y las avalanchas le obligaron a desistir. En 2019 sería el exceso de nieve lo que le llevaron a darse la vuelta a 7.260 metros. Con todo preparado no pudo viajar en 2020 por culpa de la pandemia. En 2021 volvería a Dhaulagiri en primavera y en otoño. En primavera un brote de covid-19 en el campo base y la complicada situación sanitaria en Katmandú les llevaron a abandonar el país en un vuelo preparado por la Embajada para sacar a todos los españoles de la zona. En otoño la gran cantidad de nieve no dejaron prácticamente a nadie acercarse a la cima. Y de nuevo el mal tiempo le privó de hacer cima en 2022. Alcanzó el Campo 3 pero de ahí no pudo pasar.

El reto sigue vigente

No abandona Carlos Soria su reto. Lo ha intenato con 83 y seguirá con 84 años. Porque quiere ser la persona de mayor edad en alcanzar la cima de los 14 ochomiles. Desde hace tiempo tiene 12 en el bolsillo, pero desde hace tiempo la cuenta se ha detenido. Le faltan el Shisha Pangma y el Dhaulagiri, que ha intentado de manera consecutiva en los últimos años. En 1962 Carlos Soria relaizaba con su primera escalada difícil. A partir de ahí no ha parado. En 1968 formó parte de la primera expedición española que ascendía el  Elbrus (Rusia), la montaña más alta de Europa con 5.642 metros.En 1971 hizo lo propio en Alaska con el Monte McKinley, la más alta de Norteamérica (6.194 metros). Participó en 1973 y 1975 en las primeras expediciones españolas al Himalaya y 1990 lograba ascender su primer ochomil, el Nanga Parbat (8.125 metros). Sin darse cuenta, había comenzado un bello reto, el de lograr los 14 ochomiles del planeta. Se fueron sucediendo el Gasherbrum II (8.035 metros) en 1994, el Cho Oyu (8.201 metros) en 1994, el Everest (8.848 metros) en el 2001, el K2 (8.611 metros) en el 2004, el Broad Peak (8.047 metros) en el 2007, el Makalu (8.463 metros) en el 2008, el Gasherbrum I (8.080 metros) en el 2009, el Manaslu (8.163 metros) en el 2010, el Lhotse (8.516 metros) en el 2011, el Kanchenjunga (8.586 metros) en el 2014 y el Annapurna (8.091 metros) en el 2016. Desde entonces aguarda sumar a la lista el Dhaulagiri y el Shisha Pangma.