"Dar visibilidad a la depresión y a la enfermedad mental"

P.R.
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Yaiza García, la joven escritora arevalense de 17 años que ha publicado su primera novela, 'Adiciones perdidas', que se presentó esta semana en Arévalo con un gran éxito de público

Yaiza García muestra la portada de su libro - Foto: Ricardo Guerra

'Adiciones Perdidas' es el título de la primera novela que ha escrito la joven arevalense Yaíza García. El libro, publicado por el grupo editorial Letrame, fue presentado el pasado miércoles en la casa del Concejo de Arévalo ante un auditorio totalmente repleto de arevalenses, que les había interesado el libro presentado por esta joven escritora, paisana suya.

Yaiza García es una joven escritora que con tan solo 17 años ha podido materializar uno de sus sueños, que en este momento no es fácil de poder conseguir, publicar su primera novela. Cuando hablas con Yaiza sorprende su madurez y su compromiso social. Reconozco que cuando hablé con ella me sorprendió que en este momento estuviera realizando un curso para poder especializarse con el fin de poder conseguir su primer trabajo. El curso en el que está inscrita es de Tanatopraxia, la técnica para maquillar a las personas fallecidas. Su intención ha sido clara. Así lo explicaba: «Cuando falleció mi abuelo, no me dejaron verlo, no se si porque le dejaron mal, o no sé porqué... El caso es que no pude verlo. Por eso estoy estudiando esto, para que las familias se vayan con una buena imagen de su familiar fallecido»., señalaba la entrevistada un día antes de la presentación del libro. 

También explicó que 'Adicciones perdidas tiene en parte algo de novela autobiográfica. Aborda cuestiones de plena actualidad. La protagonista se llama Iris, una chica que por diversos motivos y cuestiones que le han ocurrido en su vida decide  recurrir a las drogas para evadirse de la realidad que le ha tocado vivir. «Es un libro que habla de la depresión, de la salud mental, de los malos tratos, de cosas que ha vivido esa chica que sufre depresión y la depresión que le lleva a realizar ciertas cosas que aparecen en el libro, como autolesiones y esas cosas que ocurren cuando se cae en  las drogas para evadirse de la realidad, para evadirse de lo que es su vida. No quiere hacer frente a su vida y lo que quiere es desaparecer unos momentos. Por eso recurre a las drogas». Pero no sucede así, porque  reconoce que la droga lo que le lleva es a hundirse en un pozo sin fondo, porque esa evasión de su vida real solo le dura lo que le duran los efectos que le producen la droga.

La sala de la Casa del Concejo se encontraba llena de genteLa sala de la Casa del Concejo se encontraba llena de gente - Foto: Ricardo Guerra Reconoce que la novela le ha servido como terapia escribirla. «Sí, me ha servido como un poco de terapia para mí y también para poder dar visibilidad a la salud mental porque no está bien visto el tener depresiones, ni tampoco el haber tenido intentos autolíticos, intentos de autolesiones y te consideran por loco. También quiero dar visibilidad a las consecuencias de los malos tratos, porque a los malos tratos no hay que normalizarlos. También a los problemas con las drogas que se pueden tener. Quiero dar visibilidad a todo esto que está oculto».

Sostiene la joven autora que en este momento está escribiendo la continuación de esta novela. A la vez tiene otra  que está preparando y en la que cambia totalmente la temática, pues es una novela «que pretendo que sea de amor y un poco así», aclara Yaiza García.

Reconoce que le encanta escribir y que esta actividad le ha servido de terapia, «porque me ayuda con mis problemas de depresión y ansiedad». Además, reconoce que nadie de su familia sabía que escribía. «Si que me veían mucho con el iPad, y con el ordenador que me compré». Comenta que comenzó a escribir en clase y le vino la idea de escribir esta novela. «Y me dije, voy a guardarme esa idea y voy a intentar elaborarla. Me llegó en un momento de mi vida que me veía perdida y vi que la escritura me servía para seguir adelante, porque es que no podía hacer nada porque todo se me venía abajo. Entonces fue cuando comencé a ver a la escritura como una ayuda, como una salida a la situación que estaba viviendo. Me ayudaba a estar entretenida. Hablé con mi madre y le dije que quería publicarla. Me dijo que sí, que la familia me ayudaría». Y así ha sido. El miércoles se presentaba en Arévalo, con un gran éxito de público, puesto que la sala de la Casa del Concejo se encontraba repleta de gente interesada por la novela de esta joven escritora.