Cuando el cartero nunca viene a casa

E.Carretero
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Despachos de abogados, asociaciones, gestorías o particulares que cambian a menudo de domicilio son los principales clientes de los apartados postales, un servicio de recogida de envíos a través de casilleros que ofrece Correos en todas sus oficinas

Cuando el cartero nunca viene a casa - Foto: David Castro

A la casa de Miguel nunca va el cartero porque él es el que se encarga de ir de forma periódica a la oficina de Correos a recoger sus envíos postales. De hecho, su presencia en las oficinas de la empresa postal es habitual. Llega, saca la llave, abre una taquilla, recoge sus cartas y también los avisos de envíos recibidos, que posteriormente le entregan en ventanilla. Él es uno de los abulenses que tienen contratado un apartado postal, servicio que presta la empresa Correos y que permite recibir la correspondencia en una ubicación física, en cualquier parte del país, sin necesidad de tener domicilio o empadronamiento en ese lugar. 

«Empresas, despachos de abogados, gestorías o particulares que prefieren no dar su dirección física en sus comunicaciones por razones de seguridad u otros motivos» como pueden ser los cambios frecuentes de domicilio, como es el caso de Miguel, son los principales clientes de un servicio que también utilizan pequeños negocios, administraciones y empresas situadas en zonas industrial «por cuestiones operativas y de seguridad». Además, precisan desde Correos, también es frecuente  dar la dirección de un apartado postal «para concursos o comunicaciones masivas» que no se quieren recibir en un domicilio y que de hecho saturarían el buzón.

Los apartados postales son casilleros, cerrados con llave, que se ubican en las oficinas de Correos donde el usuario recibe sus envíos postales, con la posibilidad de recogerlos cuando el cliente elija dentro del horario de apertura de la oficina postal. Cada apartado de correos, explican desde la empresa postal, puede contar con hasta cinco titulares, tanto personas físicas (los miembros de una familia, por ejemplo) como jurídicas (las empresas de un autónomo), siendo de hecho un servicio especialmente demandado por asociaciones o colectivos sociales que carecen de sede física o que aún teniéndola prefieren recibir los envíos postales en una oficina de Correos porque en la misma no suele haber personal y con una taquilla de este tipo se facilita la recepción de todos los envíos y que varias personas puedan atender la recogida de los mismos.

En Ávila hay apartados postales en todas las oficinas, tanto en la de Ávila capital como en las de La Adrada, Arenas de San Pedro, Arévalo, El Barco de Ávila, Candeleda, Cebreros, El Hoyo de Pinares, Las Navas del Marqués, Madrigal de las Altas Torres, Navaluenga, Piedrahíta, Piedralaves, Sotillo de la Adrada y El Tiemblo, pudiéndose acceder a ellos en horario de apertura de la oficina en la que se encuentren ubicados.

Los envíos ordinarios, que son las cartas no certificadas, se depositan directamente en el apartado y cuando se trata de cartas certificadas se deja un aviso en la taquilla para que el usuario se acerque con el mismo a ventanilla y pueda recogerlo. Mientras tanto este tipo de envíos se custodian en la oficina según los plazos de permanencia en lista.

Los apartados postales, continúan explicando desde Correos, «pueden contratarse de manera trimestral o anual», siendo en el segundo caso el precio del servicio de 89,15 euros al año el primer año, tarifa que se reduce a 82 euros durante los siguientes años y que incluye un servicio de aviso por sms al móvil.