Ignacio Paradinas

En mi terraza

Ignacio Paradinas


Las comunicaciones que necesitamos

03/11/2023

En los últimos años, hemos sufrido los abulenses, un deterioro progresivo en nuestras comunicaciones con el resto del país, que supone un gravísimo obstáculo para nuestro desarrollo y progreso. El mantenimiento del peaje en la autopista a Madrid, la desconexión con las vías de alta velocidad ferroviarias, la paralización de la autovía con Maqueda que nos permitiría una rápida conexión con el sur de España, el mantenimiento de unos trenes tercermundistas con Madrid, Salamanca y Valladolid impropios del siglo veintiuno, la no ejecución de la autovía Adanero- Ávila tantas veces anunciada, suponen un aislamiento del país, que nos llevará a la irrelevancia en pocos años.
Esta es en mi modesta opinión, la amenaza más grave que tenemos en el futuro inmediato. Si no conseguimos ponernos de acuerdo en abordar este problema, si nuestras instituciones y autoridades no reman en la misma dirección para conseguir evitar esta situación, nuestro futuro es sombrío.
La pérdida progresiva de población, y la ausencia de instalaciones industriales que ofrezcan un futuro a nuestra juventud, son consecuencia de esta progresiva desconexión con las vías de comunicación. No conseguiremos que nuestra población y territorio sea apetecible para la industria, si no estamos presentes en las vías de comunicación. Todos hemos visto como poblaciones importantes, en pocos años se deterioran por quedarse marginadas, a veces por un simple desvío de una autopista.
El peaje con Madrid es difícil de justificar. Hemos soportado durante muchos años, una carga y una grave limitación a nuestras comunicaciones, a la vez que presenciábamos como muchas localidades españolas quedaban libres de ellas. La prórroga de este peaje, a cambio de un nuevo túnel en la sierra de Guadarrama, fue un error imperdonable, y un lastre para nuestro futuro.
La desconexión con la alta velocidad ferroviaria es una estafa, nos prometieron un enlace vía Segovia, que nunca se realizó, ni tiene visos de ejecutarse, la calidad y cantidad de trenes con Madrid, Valladolid y Salamanca son lamentables, los tiempos de desplazamiento son de otra época. Hace cincuenta años, teníamos un tren que llegaba a Madrid en una hora y veinte minutos, un siglo después, el tren más rápido tarda una hora y media. Los precios son un dislate, se puede ir a Barcelona desde Madrid en un tren de alta velocidad y excelente comodidad, en dos horas y media, por menos que un viaje de Ávila a Madrid en un tren primitivo, con numerosos problemas de calefacción, ruidos e incomodidades, en más de una hora y media. Es un insulto y un robo.
La conexión por autovía con la localidad de Maqueda, que nos uniría con el sur de España, sin tener que pasar por Madrid, es otro agravio, llevan años presupuestando unas cantidades ridículas para su estudio, y las perspectivas de llevarla a cabo son inexistentes, es una tomadura de pelo que se presupuesten unos cientos de miles de euros, para una inversión de unos pocos miles de euros. Esta inversión, además, podría servir para descongestionar parte del nudo de Madrid, terriblemente congestionado.
¿Para cuándo Renfe va a comprar trenes que permitan reducir de forma significativa el tiempo de las vías entre Madrid y Ávila? Todos los años comprobamos con indignación, como Renfe invierte enormes cantidades en compra de material ferroviario de calidad y nuestros trenes siguen siendo tercermundistas. Me gustaría tener una reunión con los responsables de este agravio, para pedirles un viaje conjunto para comprobarlo "in situ", y que se les cayera la cara de vergüenza.
La autovía Adanero Ávila, tantas veces prometida, no solo nos permitiría una más rápida conexión con Valladolid, sino con todo el norte de España, nos evitaría el peaje de Villacastín, y junto con la continuación a Maqueda podría servir para descongestionar la capital de España.
Creo que es urgente que todas nuestras instituciones públicas y privadas, asociaciones sindicales y patronales, fundaciones y sociedad civil, se movilicen, para conseguir desbloquear esta situación. De lo contrario, nuestro futuro está seriamente comprometido, y el porvenir de nuestros hijos, condenado a la emigración. Nos va la vida en ello. ¿Tan difícil es ponernos de acuerdo?