Las instalaciones deportivas marcan la dura realidad

A.S.G.
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Ávila necesita más y mejores infraestructuras deportivas. Su progresivo deterioro,la falta de inversión y el incremento de la demanda por encima de la oferta, principal preocupación de clubes, deportistas y aficionados."Nos hemos quedado estancados"

Las instalaciones deportivas marcan la dura realidad - Foto: Isabel García

Ya nadie tiene dudas de ello. El deporte es mucho más que la simple competición. Puede que sea la parte más llamativa y mediática, la más emocional y visceral, pero no es la única. Si rascamos sobre la superficie podríamos decir que ni siquiera debería ser la parte más importante, aunque en ocasiones lo parezca. El deporte es un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad en todos los sentidos. Es educación, es salud y bienestar, es ocio… Es incluso motor económico y turístico. El punto de partida parecen tenerlo todos muy claro, pero la realidad desde hace años viene siendo otra. «Todo el mundo habla del deporte como una prioridad, pero luego no se destina el dinero suficiente» lamenta Roberto Arroyo, responsable del club ciclista StreamBike. Sus palabras firman muchos en una ciudad «donde se practica mucho deporte» pero donde cuesta encontrar instalaciones adecuadas para hacerlo. Porque el 'talón de Aquiles' del deporte en Ávila, una ciudad de recursos económicos limitados, está precisamente en las infraestructuras, en su número y en su estado, aquejadas en su inmensa mayoría de un mal común, el desgaste. El paso de los años, la falta de renovación y la ausencia de inversiones relevantes que permitan algo más que seguir sobreviviendo con lo que hay, hace del estado de las instalaciones el gran 'debe' del deporte en Ávila. «Es el mayor problema que tiene Ávila» señalan a cuantos se les pregunta. «No estamos mejorando, estamos estancados». Es el mejor resumen.     

Más y mejores. Es lo que demanda el deporte abulense, los clubes, los deportistas, los usuarios, los aficionados… Porque todos lo padecen. Quizás las opiniones difieran cuando se trate de discutir sobre otros asuntos –como ocurre con las subvenciones o cuáles deberían ser sus prioridades– pero no hay debate en este caso. Porque la ciudad vive a remolque de lo que ya se hizo hace tiempo y a duras penas se conserva, cruzando los dedos en muchos casos para que, como ocurrió con la antigua piscina cubierta de la Ciudad Deportiva, no toque derribarlo porque ya ni con parches de última hora se logra salvar la situación.

Durante estos cuatro años el área de Deportes del Ayuntamiento de Ávila ha invertido 7,8 millones de euros en las instalaciones deportivas de la ciudad. Se ha llevado la principal inversión los 4 millones de la nueva piscina –2,5 procedente de la Junta y el resto municipales– y los 2,6 millones que ya se han presupuestado para el que será el nuevo pabellón polideportivo Arturo Duperier. Dos nuevas instalaciones que, bien es cierto, ayudarán a mejorar el panorama, pero que no supondrán por sí solos una solución. La renovación del césped artificial de los campos de fútbol, la iluminación, la nueva cubierta del Sancti Spíritu o la mejora del aparcamiento del Manuel Sánchez Granado se han llevado otro buen 'pico' en estos años. Porque hay mucho que arreglar. Pero cuando se arregla una cosa, otra se estropea. Es lo que ocurre cuando las instalaciones cumplen cierta edad.

Las deficiencias superan a la capacidad de actuación de un Ayuntamiento de Ávila al que todos los que llegaron lo hicieron bajo la promesa de dar al deporte la prioridad que merece y necesita. Pero esas promesas, como las propias instalaciones, hacen aguas cuando se topan con la realidad.

Gigante con pies de barro. Se le ven las costuras –ya hace tiempo– al pabellón de San Antonio, especialmente cada vez que hay nubarrones y la lluvia descarga sobre la ciudad. Entonces la pista se convierte en una charca de ranas y el balón cede protagonismo a las fregonas. 'Suerte' que estamos en tiempos de sequía. Desde 2015 se han 'metido' cerca de 100.000 euros en solventar el problema, pero ahí sigue. Y es que la instalación, una de las más empleadas en los últimos años, pide a gritos una intervención de arriba a abajo. Porque lo que hoy es una gotera, mañana será algo más serio. «Si no se hace algo se acabará tirando, como ocurrirá con estación de autobuses, quizás para que sea un parking» lamentan algunos.

Pero para ello se necesita dinero. Como se necesita para arreglar las pistas de atletismo de la Ciudad Deportiva en todo su conjunto, empezando por el graderío. «Podría traer algún partido de la Selección Española de Rugby pero en el estado en el que se encuentra la grada es imposible» lamenta Ezequiel Bengoechea, presidente del Rugby Ávila Club. «La gente no se puede subir porque se están cayendo» denuncian desde hace tiempo los clubes de atletismo. La humedad las corroe. Lo mismo que causa dolores de cabeza en el pabellón cubierto de la Ciudad Deportiva, donde la condensación obliga habitualmente a suspender partidos por falta de seguridad. Hace tiempo que este espacio prestó su servicio, pero le toca seguir haciéndolo. No hay otro.

«Es la más moderna pero ya tiene sus achaques. Si se invierte ahora se podrá solucionar, si no se convertirá en un problema más serio» comenta por ejemplo Carlos Hernández Guío, presidente del Óbila Club de Basket, cuando se habla del estado del CUM Carlos Sastre, inaugurado en enero de 2009. Han pasado ya 14 años. Desde entonces las instalaciones deportivas de la ciudad siguen siendo las mismas –se ha añadido la Cruyff Court– pero  más viejas.

¿Qué hacemos con el Suárez? Mención aparte merece el estadio Adolfo Suárez, un problema para todos, empezando por el propio club, el Real Ávila, y siguiendo por el Ayuntamiento de Ávila y la propia ciudad. Porque poco o nada –ni desde la parte privada ni desde la pública– se puede hacer en un espacio deportivo que hace apenas unos años –2019– se descubrió que estaba ubicado en una zona declarada «de flujo preferente» por la Confederación Hidrográfica del Duero. Dicho de otro modo, en toda esa zona de la ciudad ya no se puede construir nada que pudiera «incrementar la vulnerabilidad y la inundabilidad del entorno». No hay proyecto deportivo que pueda superar los límites que marca la ley de la CHD, que ha dictado sentencia con un estadio construido en 1976, que en varias ocasiones se ha querido transformar en un nuevo complejo deportivo pero que en su última intentona –2019– se enteró de que una normativa de 2016 lo impide. Impide hacer cualquier cosa en el Adolfo Suárez, en la Cubierta Multiusos, que no podrá terminar de cerrarse, o en el Sancti Spíritu, donde se pudo cubrir la grada del campo principal pero poco más. Ni nuevos vestuarios para los niños y niñas, ni cafetería para los padres.

Ante esta realidad normativa debería aprender a 'convivir' la ciudad, consciente ya de que en esos tres espacios deportivos de la ciudad no se puede hacer nada más. «Si ya sabemos que hay problemas, actuemos en consecuencia» se dice desde algunos clubes y responsables del deporte, que demandan una herramienta clave, un plan.

«No hay un plan de infraestructuras a medio y largo plazo. Ya sea por tema económico o por falta de previsión, nunca se ha tenido claro dónde invertir el dinero para ir renovando las infraestructuras». Se echa en falta una «verdadera ciudad deportiva acorde a una capital de provincia. Falta unidad, cada una de las instalaciones está en un espacio diferente. ¿No hubiera merecido más la pena haber llevado el nuevo pabellón que se quiere hacer a la zona del CUM Carlos Sastre, que podría haber sido una zona para desarrollar una nueva ciudad deportiva?» señala Raúl Álvarez, delegado provincial de baloncesto. Ya lo decía Teodoro Hurtado, presidente del Club Puente Romanillos, en una entrevista en Diario de Ávila, que «aquí las instalaciones deportivas se han hecho al antojo y gusto del que mandaba en su momento. No se han unificado criterios para el buen funcionamiento y ubicación de todo». Falta  criterio, falta visión de futuro. «Necesitamos unas infraestructuras deportivas en Ávila con visión de futuro. Ya vale de parches» dice Longina Herráez, presidenta del Club Atletismo Ecosport, que lamenta que «estamos pagando por unas infraestructuras de mala calidad. No son gratuitas». Viene bien recordarlo.

«Necesitamos pensar en infraestructuras con visión de futuro. Si construimos una piscina, hagámosla con visión de futuro, hagámosla lo suficientemente grande como para poder realizar eventos que traigan a gente de fuera de aquí a competir» señala Longina Herráez. «Está claro que a corto plazo hacer nuevas infraestructuras tiene un  alto coste, pero a largo tiempo supondría un ahorro frente al mantenimiento que suponen las viejas».

No cabe duda que cada uno, cada club, cada deportista, cada aficionado al deporte tiene sus problemas y prioridades, pero si todos coinciden en el déficiti de instalaciones deportivas, también lo hacen en el número. «El deporte va en aumento pero tenemos los pabellones saturados los fines de semana» señalan desde algunos clubes. Este año se ha tenido que mudar a los pabellones de los institutos la Liga Zasport por la falta de horas libres allí donde jugaba siempre en SanAntonio, y ha tenido que modificar sus horarios habituales la Torneo Pinturas Pinpocho por la falta de huecos en los campos de fútbol. Y es que cada día son más y las instalaciones son las mismas.

Pendientes de la conexión a la luz para ser, por fin, una realidad

Debía estar acabada en 2020, pero problemas de todo tipo han ido retrasando la finalización y puesta en marcha de la nueva piscina cubierta. Desde la demolición de la antigua, a comienzos de 2018, han pasado cinco años de espera.Pendientes de la conexión a la luz y las pertinentes pruebas, serán el último paso para la apertura de una infraestrucutura muy demandada. Porque durante más de cinco años la ciudad se ha quedado con una única piscina cubierta. Demasiado poco para los usuarios.   

Han sido cerca de 4,8 millones de euros – 2,55 procedentes de la Consejería de Presidencia de la Junta de Castilla y León y el resto de las arcas municipales– para hacer realidad una infraestrcutura que destaca por su luminosidad, especialmente en la zona de entrada, cafetería y vasos de la piscina. Los vasos de la piscina –el grande de 25 metros de largo por 16,6 de ancho y el pequeño de 10 de largo por 16,6 de ancho– destacan por su accesibilidad, sobre todo este último con una rampa completa hacia su interior. Dentro del espacio de baño se encuentra la zona de duchas y una pequeña sala de enfermería.

La gradas, desde donde se tiene una panorámica de las dos piscinas tienen capacidad para 350 personas, y, al igual que el resto de espacios comunes del edificio, están equipadas con cámaras de vigilancia para garantizar la seguridad.

El nuevo pabellón Arturo Duperier, previsto para el curso 2024-2025

El futuro pabellón Arturo Duperier será una realidad en el curso 2024-2025. Al menos es lo que se quiere, porque en esto de las fechas todo lo vivido con la piscina cubierta ha demostrado que es algo poco fiable, aunque no debería ser así. Por lo pronto los primeros pasos para hacerlo posible ya están en marcha.Será una inversión por parte del Ayuntamiento de Ávila de 2,3 millones de euros y 18 meses de trabajo que daban el pistoletazo de salida el pasado mes de marzo cuando alumnos, profesores, equipo directivo y la ampa del Colegio Público Arturo Duperier y el alcalde de la ciudad,Jesús Manuel Sánchez Cabrera, colocaron numerosos recuerdos en una cápsula del tiempo que fue colocada en los cimientos de la infraestructura deportiva.

Será un pabellón que se integrará en la Ciudad Deportiva de la zona sur de la capital abulense y se construiría en el terreno en el que estaba la antigua piscina cubierta de este complejo. En este espacio se pretende la construcción de un pabellón cubierto, con pista deportiva capaz de ser utilizada para deportes como baloncesto, balonmano, voleibol, tenis y fútbol sala. Igualmente, se pretende crear un espacio para la práctica de la escalada con cuerda y la práctica de boulder, así como distintas salas polivalentes y almacenes.