Los casos de ictus, 275 en 2022, caen en Ávila un 9,8%

M.M.G.
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La celebración del Día Mundial del Ictus recuerda a la población la importancia de la prevención y de saber actuar a tiempo para evitar efectos secundarios graves

Los casos de ictus, 275 en 2022, caen en Ávila un 9,8%

El 29 de octubre se celebra elDía Mundial del Ictus, una jornada que sirve sobre todo, para recordar a la población la importancia que tiene no sólo la prevención sino, además, saber actuar a tiempo.

Según la Sociedad Española de Neurología, el ictus ( la alteración repentina de la circulación de la sangre en el cerebro) es la enfermedad que supone la segunda causa de muerte en España, la primera en mujeres. Es también la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia. Y es que cada año cerca de 120.000 personas sufren un ictus en España, de los cuales un 50 por ciento quedan con secuelas que les causan discapacidad o fallecen.

En el caso de Ávila, el Complejo Asistencial de Nuestra Señora de Sonsoles registró el año pasado 275 casos, lo que supone un descenso del 9,8 por ciento respecto a los 305 contabilizados en 2021. Y son, también menos que los 292 que se trataron en 2020.

Raúl Gutiérrez Ríos, especialista en neurología y responsable/coordinador del ictus en Ávila, reflexiona para Diario de Ávila sobre una patología que el año pasado padecieron un 56 por ciento de varones y un 44 por ciento de mujeres, con cierta prevalencia del medio urbano y con una edad media de 74 años.

Hablamos con el doctor Gutiérrez Ríos sobre los ictus y sobre los síntomas que deberían hacernos pensar que estamos sufriendo un ictus. «La sintomatología es muy variada, dependiendo del área del cerebro que se vea afectada», comienza a explicar el neurólogo, que apunta también que la clínica más frecuente pasa por la «alteración del lenguaje, como dificultad para emitir o comprender el lenguaje, o bien alteración en la articulación del habla; la pérdida de fuerza o de sensibilidad en las extremidades, afectándose generalmente una mitad del cuerpo; la desviación de la comisura de la boca; la alteración en la visión, como la pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para ver objetos en algún lado de nuestro campo visual; o la alteración de la coordinación».

Para él, «la clave que nos debe hacer sospechar en un ictus es la aparición brusca e inesperada de alguna de esa clínica neurológica en una persona que estaba previamente bien».

Y cómo hay que actuar, tanto en el caso de ser el paciente como en el de ser la persona que está cerca, cuando se sospecha que se puede estar sufriendo un ictus. «Se debe contactar rápidamente con el sistema de Emergencias, ya que el paciente debe ser traslado cuanto antes a un centro hospitalario», avisa el doctor del Complejo Asistencial de Ávila, que conoce muy bien cómo actúan los profesionales sanitarios en esas primeras horas, después del accidente cerebrovascular. «Desde el primer momento en que se contacta con el equipo sanitario se procede a la activación del código ictus. A partir de este momento se sigue un sistema de actuación coordinado, con el objetivo de aplicar precozmente alguno de los tratamientos de reperfusión cerebral y conseguir así la mejor tasa de recuperación funcional del paciente. De ahí la importancia de la expresión 'tiempo es cerebro'», apunta el doctor Gutiérrez Ríos.

Hablando de nuevo sobre el perfil de las personas que pueden ser más propensas a sufrir un ictus, el neurólogo explica que «el ictus es más frecuente en aquellos pacientes que presenten uno o varios factores de riesgo vascular, siendo los principales: hipertensión arterial (este es el más importante), diabetes mellitus, hipercolesterolemia, obesidad,  sedentarismo, enfermedades cardiacas o algunas arritmias, tabaco, alcohol y otras sustancias tóxicas».

Respecto a la edad y al sexo de los pacientes, el coordinador de este área en el Complejo Asistencial de Ávila recalca que ambos factores son determinantes. «Sí,  la edad es otro factor de riesgo, ya que la incidencia del ictus aumenta considerablemente a partir de los 65 años.  Aunque es más frecuente de forma global en hombres, la incidencia es superior en mujeres a partir de los 85 años. El ictus supone la primera causa de muerte en mujeres y la segunda causa de muerte global», insiste el médico.  

¿Y la genética?, le preguntamos. «Aunque la enfermedad cerebrovascular suele verse en pacientes que presentan uno o varios factores de riesgo anteriormente enumerados, existen algunas enfermedades genéticas (como alteraciones genéticas de la coagulación y vasculopatías genéticas) en las que los ictus forman parte de su variada sintomatología neurológica», responde a Diario de Ávila sobre una patología que, concluye, puede prevenirse. «Un porcentaje importante de los ictus podría evitarse con una adecuada prevención», alerta a los abulenses.

Por último, hablamos con el neurólogo sobre qué medidas deben adoptarse cuando se ha padecido un ictus. «Si no se actúa sobre los factores de riesgo, el paciente estará expuesto a sufrir un nuevo ictus. La prevención pasa por la corrección y tratamiento de los factores de riesgo modificables: hipertensión arterial, control glucémico, hipercolesterolemia, así como dieta y hábitos de vida saludables», se despide.