Luis Carlos Santamaría

La meta

Luis Carlos Santamaría


De los presupuestos y su credibilidad

06/03/2024

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Ávila ha presentado su borrador de presupuesto para este año. En el mejor de los casos entrará en vigor en el quinto mes de 2024, lo  que ya de por sí es una anomalía, como lo será su modo de aprobación. Exageramos con la importancia de un presupuesto. El municipal, el de la Junta, el del Estado y, si me apuran, hasta el de la comunidad de vecinos. Otra cosa son los presupuestos en los equipos deportivos, que ahí sí que tienen su influencia, y mucha. Pero por no desviarnos (por cierto, a ver si el Real Ávila la va a liar...) y volviendo a lo de antes, llenamos páginas y hablamos mucho cuando alguna de las administraciones anuncian el dinero que dicen que van a gastar cada año, cuando lo realmente importante es saber si han cumplido con ese anuncio o no. Los grandes titulares deberían salir a final de año contando lo que realmente se ha gastado, pero de eso poco se cuenta porque es más fácil prometer que cumplir y porque luego nadie pedimos cuentas por esas promesas.
En el caso del Ayuntamiento de Ávila, y en lo que a este año se refiere, lo cierto es que la cosa es fácil. Tiene poco más de 5 millones para inversiones reales, que se van en un abrir y cerrar de ojos en cuestiones necesarias (plan asfalto y similares) pero que no nos sacan de pobres. Lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible: teniendo en cuenta que 76 de cada 100 euros se gastan en el día a día solo por abrir la puerta del edificio del Mercado Chico, el margen de maniobra para cualquier otra cosa que no sea el «ir tirando», es mínimo, y eso siendo generosos.
Ni el presupuesto de la Junta ni el del Ayuntamiento para este año van a suponer nada nuevo e importante. Queda por saber el del Estado, pero elGobierno ahora anda en otras cosas, para ellos más importantes, por la cuenta que les tiene, que pensar en cuánto va a decir que va a gastar en el Palacio de Los Águila, por poner un ejemplo de inversión bien hecha, pensada y ejecutada, como todo el mundo sabe y es fácilmente comprobable. Sirve este como ejemplo de lo que últimamente han sido este tipo de documentos para los abulenses. Un modo de tenernos entretenidos y engañarnos con dineros prometidos y proyectos anunciados que en el mejor de los casos han llegado muy tarde, y que en el peor no lo han hecho nunca y no tiene pinta que lo hagan. Cómo para seguir creyendo en ellos.