Adiós a un comercio exclusivo

M.E
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Teodoro Pérez Lobo se jubila tras 45 años al frente de la Boutique del Regalo Lobo (junto a María Luisa Lobo) y, con él, lo harán sus tres establecimientos de la ciudad, referentes de la alta cosmética y los complementos y ahora en liquidación.

Adiós a un comercio exclusivo - Foto: David Castro

A punto de cumplir 64 años Teodoro Pérez Lobo se jubila. Y con él lo harán sus tres céntricos establecimientos de cosmética y complementos en la capital abulense, capitaneados por la emblemática Boutique del Regalo Lobo, ubicada en la calle Doctor Fleming. Un comercio exclusivo por continente y contenido que ha dado servicio a clientes, muchos de ellos fieles, durante 45 años. Hoy Teodoro quiere empezar una nueva vida  alejado del mostrador, pero busca una salida para sus locales en forma de alquiler, y si fuera posible, con la continuidad de algunos de sus productos y marcas porque le da cierta pena que se pierdan. 

«Tengo ya 43 años cotizados y mi idea es jubilarme para diciembre, el día 31. Por normativa tenemos un plazo de un año desde que pides permiso a la Junta para liquidar la tienda así que tendríamos hasta el 31 de agosto del año que viene, pero al ritmo que vamos yo creo que lo haremos mucho antes porque se está vendiendo el stock», apunta. Y es que la clientela está aprovechando estos días las ofertas de la liquidación por cierre, al tener «género bueno a precio de fábrica» en bolsos, colonias o cremas. Lobo cierra las tres tiendas y quiere alquilar juntos o por separado los locales,  que están montados y bien situados (Doctor Fleming, Duque de Alba y plaza de la Catedral), para darle continuidad al negocio o para cambiar a otro, toda vez que ni sus dos hijas (que tienen sus profesiones) ni sus tres trabajadores quieren seguir con ello.

¿Y cómo han recibido el cierre sus clientes?le preguntamos. «En general les duele mucho, el facebook es un saco de lágrimas», nos cuenta, ya que «muchos han visto nacer la tienda, otros la han visto siempre y nos dicen que no van a encontrar determinados productos en Ávila, de cosmética pero sobre de todo las marcas de lujo de bolsos. La clientela es lo mejor que teníamos», recalca. 

Pero todo llega y ahora Teodoro tiene «ganas de otras cosas. Me gusta mucho la jardinería y también tengo un taller para trabajar con madera», traslada un comerciante que, lejos de pensar en descansar, quiere hacer «otro tipo de cosas, cosas para las que se necesita tiempo», que es algo que no tenía tras más de cuatro décadas al pie del cañón. «Siempre he estado aquí, gracias a Dios sin un día de descanso ni baja laboral, solo 15 días de vacaciones al año».

 

 

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