Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Lo importante es negociar bien

21/10/2022

En toda negociación bien rematada ceden todas las partes, no hay vencedores ni vencidos absolutos, y los negociadores se levantan de la mesa con la satisfacción del deber cumplido.

El gobierno español se ha apuntado un buen tanto con el acuerdo alcanzado con Francia, que puede suponer una solución para la crisis energética a futuro, con ese "corredor energético" entre Barcelona y Marsella. Pedro Sánchez y Antonio Costa han cedido ante un Macron que se negaba de forma tajante al famoso MidCat, el conducto que transportaría gas a Francia, pero han encontrado una fórmula que acepta Francia y que potencia el papel de España y Portugal en el mapa energético de la Europa del futuro. Tras el acuerdo de los presidentes llega el momento de los sherpas, como se llama en el lenguaje comunitario a los técnicos que negocian de forma incansable para que sus jefes lleguen a la última cita e con los aspectos más espinosos debatidos previamente; o que, una vez que los jefes alcanzan un acuerdo inicial, dan una o varias vueltas a los flecos pendientes y dejan el texto listo para la firma.

No ha hecho falta mucho tiempo para que los tres presidentes acercaran posiciones, porque los tres tenían voluntad de que las negociaciones culminaran con éxito. Todo lo contrario de lo que ocurre en España, donde los partidos políticos llevan cuatro años tirándose los trastos a la cabeza por la renovación del Consejo General del Poder Judicial y los nombramientos del Tribunal Constitucional. Un espectáculo bochornoso con acusaciones cruzadas de bloqueo, más insistentes desde el gobierno hacia el PP, cuando también el gobierno pone condiciones que considera inamovibles, y que defiende con tanta fuerza y argumentos institucionales como el PP defienden los suyos.

En esta última etapa, con tres semanas de anuncios de que Bolaños y Pons están a punto de alcanzar un acuerdo, se están colocando sobre la mesa nombres que bajo ningún concepto pueden considerarse juristas de reconocido prestigio y, sobre todo, de reconocida independencia. Hasta el punto de que uno de esos nombres, Victoria Rosell es discutible que pueda ser elegida, porque ocupa actualmente un cargo de gobierno.

Se intercambian cromos a cara descubierta, se discute en términos del tipo tantos progresistas y tantos conservadores, cuando los jueces saltan en cuanto leen o escuchan a un periodista que se expresen esos términos, y se pone precio a los apoyos parlamentarios a costa de la renovación de las dos altas instituciones. Cuando finalmente se anuncie el acuerdo, porque se anunciará en algún momento, los que presenten el resultado con cara de triunfo, se negarán a admitir que se han barajado cuotas, adscripciones ideológicas, exigencias de partidos y otras menudencias.

En el acuerdo franco-hispano-portugués, que seguro que no es perfecto pero es importante, ha habido altura de miras y se ha dado prioridad a paliar el problema energético frente a otros intereses. Ojalá los que impiden la renovación del CGPJ y TC tuvieran esa altura de miras.