Arévalo presume de Pueblo Mágico

M.E
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Después de una Semana Santa que no fue «ni la mejor ni la peor», la localidad espera el grueso de la afluencia turística como una de las seis localidades de Ávila de esta red rural

Arévalo presume de Pueblo Mágico

«Arévalo es una ciudad monumental que cuenta con un casco histórico declarado Conjunto Histórico. La ermita de La Lugareja, sus iglesias mudéjares, el castillo, la Plaza de la Villa, sus puentes medievales, sus casonas nobiliarias, su muralla… son solo algunos de sus atractivos». Así comienza el texto de la «mágica historia» de Arévalo, el apartado que la red de Pueblos Mágicos de España dedica ya a la ciudad morañega, después de que este año se haya incorporado a esta iniciativa impulsada por el Instituto de Desarrollo Local y Estudios Sociales IDL, entidad sin ánimo de lucro de ámbito nacional fundada en 1997. Esta red, de carácter rural, busca ir más allá de una mera clasificación de pueblos con encanto, de manera que se centra en pueblos vivos con características propias que los hacen únicos y de los que emana «una magia especial».

Pues para el equipo multidisciplinar que está detrás de la iniciativa Arévalo reúne todas esas cualidades y más (hay diez razones principales), de ahí que haya sido incluido en una relación en la que también están otros cinco municipios abulenses, La Adrada, Madrigal de las Altas Torres, Mombeltrán, Piedralaves y El Tiemblo. 

Así, y aunque como destino de interior Arévalo recibe visitantes durante todo el año, la localidad encara la temporada alta del turismo que tradicionalmente se abre con la Semana Santa con ese apoyo promocional que supone la red. Y es que Pueblos Mágicos quiere contribuir a revalorizar a un conjunto de poblaciones que pueden ser conocidas, pero no siempre tienen «la divulgación que merecen».

Esta condición de Pueblo Mágico se suma, además, a su pertenencia a la Red de Conjuntos Históricos de Castilla y León, la cual busca establecer lazos de cooperación y desarrollo entre las localidades que se adhieran a la asociación y que tiene a tres representantes de Ávila: Arévalo, Pedro Bernardo y Madrigal de las Altas Torres.

Tal y como comentan desde la oficina de turismo de la ciudad morañega, todo ayuda y Arévalo va sumando apoyos a sus valores propios, los de ser un destino de interior de primer orden por su patrimonio, su gastronomía, su legado histórico y su oferta museística.

Todo eso se vio, precisamente, la pasada Semana Santa, la cual no fue «ni la mejor ni la peor», según destacaron los distintos agentes turísticos. El mal tiempo afectó a todo el centro peninsular y eso restó «alegría» a las calles y afluencia a las terrazas, pero las viviendas de uso turístico «funcionaron bien» y también los museos y las iglesias que formaron parte del programa de Apertura de Monumentos de Semana Santa recibieron a muchos turistas. Por poner un ejemplo San Martín, que alberga la exposición de Colegium 'Rituales de lo cotidiano' hasta septiembre, acogió en diez días a 2.675 personas, según trasladaron desde la oficina de turismo.

En la hostelería confirman esta tendencia. El presidente de la asociación Asadhos, Javier Jiménez, reconoció que la Semana Santa había sido algo «rara» por el tiempo, pero aún así le dio un «notable alto». «Es cierto que hubo cancelaciones, pero enseguida se cubrieron huecos y en general hubo movimiento», indicó