Casi mata a su pareja al sufrir, dice, un brote esquizofrénico

E.Carretero
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Primer día del juicio en el que se juzga a un varón que hirió de gravedad a una mujer tras asegurar oír voces de «mátalos y mátale». Fiscalía y acusación particular le acusan de un delito de asesinato en grado de tentativa con hasta 12 años de cárcel

Casi mata a su pareja al sufrir, dice, un brote esquizofrénico

La Audiencia Provincial de Ávila acoge desde este miércoles la celebración de un juicio contra un varón, vecino de Casillas, que la madrugada del 31 de enero de 2021 agredió a su pareja con un machete, asestándole más de una decena de golpes en la cabeza lo que le produjo múltiples heridas y lesiones de pronóstico grave que le pudieron causar la muerte. 

El hombre, al que tanto la Fiscalía como la acusación particular acusan de un delito de asesinato en grado de tentativa, y para el que piden 10 y 12 años de prisión, respectivamente, atribuyó lo ocurrido a la esquizofrenia afectiva que tiene diagnosticada desde hace años y por la que toma medicación. Una medicación que, aseguró, dejó de tomar durante «cuatro o cinco días» porque se encontraba «bien» y porque él y su pareja querían tener hijos y ese tratamiento le producía «disfunción sexual». Sin embargo, reconoció el procesado y también la víctima, no le dijo a su pareja que dejó de tomar esa medicación ni tampoco nunca durante los casi siete meses que estuvieron juntos que padecía esquizofrenia. «Le dije que tenía una enfermedad mental», aseguró él, mientras que ella afirmó que en todo momento creyó que él tenía «depresión». 

«Inocente», pero «culpable por mi enfermedad el día ese», respondió el procesado a la pregunta del presidente de la Audiencia Provincial de Ávila sobre cómo se declaraba respecto a los hechos de los que se le acusaban. Y es que hasta ese día, confirmaron tanto el acusado como la víctima como el tío de ésta que declaró como testigo, el procesado llevaba una «vida normal» sin que nada llevara a pensar a su pareja que pudiera ocurrir algo como lo que pasó aquella madrugada del último día de enero de hace dos años. No hubo, por tanto, discusiones previas. Es más, la víctima aseguró que la noche anterior a los hechos «fue maravillosa» y que ambos «estuvieron bailando en casa después de cenar». Eso sí, el acusado afirmó que ya por la tarde se había sentido «mal» y que «la cabeza me daba vueltas». 

Fue una vez ya acostados cuando sucedió todo. Él se levantó de la cama y bajó al comedor donde cogió el móvil y escribió un mensaje de Whatsapp a su familia «de despedida» y «poniendo todo lo que me había hecho la gente durante mi vida» en relación, contó posteriormente su hermana, a hechos traumáticos vividos durante su juventud y también a la etapa en la que trabajó en una fábrica de coches y donde, llegó a contar el acusado a su familia, le implantaron «un chip», momento a partir del cual empezó a «oír ruidos y voces en su cabeza». Cuando estaba escribiendo ese mensaje bajó su pareja que tras preguntarle qué hacía se quedó adormilada en el salón.  

«Mátalos y mátate». Esa noche, relató el procesado, las voces le decían «mátalos y mátate» y por eso se fue a la cocina, cogió un cuchillo (de 26 centímetros de longitud y una hoja de 14 centímetros) y se dirigió de vuelta al comedor donde, por sorpresa para ella, empezó a golpearla. «Se levantó, fue hacia la puerta y la agarré», recordó el procesado lo ocurrido en ese momento en él comenzó a golpear la cabeza de su pareja con el machete. «No quería matar a nadie pero por las voces.... Ella estaba allí y bueno...», reconoció el varón que una vez que la mujer consiguió abandonar la casa intentó, sin éxito, quitarse la vida con una bombona de butano y un mechero cogiendo  a continuación el coche y dirigiéndose hacia Sotillo de la Adrada en medio de «alucinaciones». De hecho, de camino tuvo un accidente y chocó contra una roca llegando a pie hasta una gasolinera de Sotillo de la Adrada donde al llegar le dijo al empleado que había «matado» a su pareja. Allí fue detenido al poco tiempo por la Guardia Civil, que además en su coche encontró el machete. 

«Me surgió de repente», aseguró él al tratar de explicar por qué hizo lo que hizo en una reacción que pilló totalmente desprevenida y por sorpresa a su pareja que hasta ese día no había notado nada extraño en el comportamiento del varón. «A raíz de esto tengo miedo constante», reconoció la víctima que durante su declaración no pudo contener las lágrimas al recordar lo ocurrido aquella madrugada. 

También declaró en esta primera vista el tío de la mujer, a cuya casa se dirigió ésta tras conseguir salir de la vivienda que compartía con el acusado. «Vi que estaba sangrando por todas partes», recordó el testigo que fue el encargado de llamar a la Guardia Civil y de llevar a la mujer a un centro de salud. «Ella decía que era un muchacho bueno hasta que llegamos a esto», afirmó el tío de la víctima que contó que en un par de ocasiones coincidió con el acusado, al que también definió como una persona «normal». 

La defensa, que entiende que se trata de un delito homicidio en grado de tentativa, pide que se aplique internamiento en centro psiquiátrico durante al menos tres años. 

El juicio continuará este jueves, jornada en la que se espera quede visto para sentencia.