Ya estamos en el último trimestre del año y en él se espera la puesta en marcha del acelerador lineal de Ávila y, con él, el pleno funcionamiento de la unidad satélite de radioterapia en la que en los últimos meses se han estado pasando las consultas. Porque ahora mismo el acelerador no está en funcionamiento y no se dan tratamientos, pero sí se están pasando consultas, con tres meses en los que se han realizado un centenar de ellas, más incluso de lo previsto.
Pero lo que todo el mundo espera es que el acelerador se ponga en marca y para ello ahora mismo se está en una fase muy delicada y que necesita gran precisión, con los ajustes necesarios. Después llegará el momento de la formación con la empresa mientras que se espera la llegada del permiso del Consejo Nacional de Seguridad Nuclear, ya pedido pero que se considera un trámite burocrático que no debería dar ningún problema.
En la propia unidad de radioterapia se contó con la presencia del jefe del servicio de Radiofísica del Complejo Asistencial de Salamanca, Carlos Martín, que estuvo acompañado por la gerente de Asistencia Sanitaria de Ávila, Isabel Martiño, y César de la Hoz, subdirector médico. Allí, en la unidad se estaba trabajando en las consultas, con la médico correspondiente, mientras que en la zona del acelerador estaban los dos radiofísicos y una técnico afanados en la toma de datos y pruebas.
El acelerador lineal avanza su puesta en marcha - Foto: Isabel GarcíaRecuerda Carlos Martín que hace meses empezaron las consultas médicas y, por tanto, los pacientes de Ávila que se trataban de radioterapia tenían la primera consulta en el hospital abulense, aunque el tratamiento de radioterapia en sí se sigue haciendo en Salamanca (hay pacientes que se desplazan a otros lugares), porque hay que concluir la puesta en marcha de la máquina.
El acelerador se instaló y lo que se está haciendo ahora es la parte «del servicio de Radiofísica, lo que se llama la puesta en marcha de la máquina. Consiste en verificar que las especificaciones con las que venía el acelerador son las que realmente debe tener. Y, por otra parte, adquirir todos los parámetros geométricos y dosimétricos necesarios para poder meterlos en un planificador y con ese planificador poder realizar los planes de radioterapia personalizados para cada uno de los pacientes que se van a tratar».
Es en esa fase en la que se está en este momento, realizando todas las medidas como parte de la puesta en marcha y la toma de datos para poder hacer la planificación clínica de los pacientes.
El acelerador lineal avanza su puesta en marcha - Foto: Isabel GarcíaEs una parte del trabajo que «se tarda bastante», entre cuatro o cinco meses, y que se comenzó en julio tras la instalación del acelerador lineal que se había hecho en junio. Hay que tener en cuenta que «hay que tomar muchos datos, la radiación que se da es mucha y, por tanto, hay que hacerlo de manera muy precisa. Los datos tienen que tener la gran certeza de que la dosis que se deposita es realmente la que es» y esto requiere «tiempo».
Insiste Carlos Martín en que «la radiación que damos en radioterapia es bastante alta, bastante elevada, y, por tanto, hay que tener muy meticulosamente modelada la máquina porque luego va a ser lo que utilicemos para poder tratar a los pacientes con cierta seguridad, con cierta precisión». Por eso es un proceso «tan largo y tan meticuloso».
Para el trabajo actual están contratados dos radiofísicos y dos técnicos dosimetristas (técnicos de radiofísica), que están mañana y tarde realizando las medidas y que después continuarán trabajando.
Una vez que esté todo modelado y dispuesto para poder empezar el tratamiento de los pacientes, «lo primero que se hará es recibir una formación por parte de la empresa suministradora. Forma a todo el personal, tanto lo que es en sí en la propia máquina, en el acelerador, como en la red de registro y verificación, que es la que liga todas las partes del proceso radioterápico. Primero se recibiría esa formación, que son unas dos semanas, y en la última parte de esa formación ya entrarían los primeros pacientes a tratarse y luego ya pues se empezará con la rutina de tratamientos».
Lo que no se atreve el sanitario es a aventurar la fecha en la que esto sucederá aunque se mantiene el último trimestre de este año («final del trimestre»), en el que estamos, como plazo. En este tiempo que queda también está ahora mismo pendiente el permiso del Consejo de Seguridad Nuclear, «que es lo que se llama ya la autorización de puesta en marcha, que es lo que faculta para poder tratar pacientes con ese acelerador. En principio, todos los trámites están hechos, está todo correcto, y lo único que faltaría es recibirlo». Es decir, se ha llevado a cabo la petición para tener ese visto bueno para tratar a los pacientes pero «en principio todas las premisas para conseguirlo están hechas, con lo cual es un trámite ya un poco burocrático», señala Carlos Martín.
En cuanto al personal, ahora mismo está la parte de radiofísica, con dos radiofísicos y dos técnicos de radiofísica, y luego, en la parte clínica, tres enfermeras y otro personal, también administrativo. Además hay, explica Isabel Martiño, «uno o dos oncólogos. Uno fijo y otro que viene según los pacientes citados». Este personal está integrado ya en el funcionamiento habitual del Complejo Asistencial, por ejemplo con las comisiones clínicas del hospital.
Una vez que el acelerador lineal esté ya en funcionamiento, el radiofísico se va a encargar del control de calidad de la máquina, es decir, «que la máquina esté todos los días lista y disponible para poder dar la radiación y darla de una manera correcta», y luego, la planificación del tratamiento. «Todos los pacientes de radioterapia llevan un tratamiento personalizado, exclusivamente para su localización o su patología, y eso lo hace también el servicio de Radiofísica».
Pero ese es un trabajo para cuando la unidad de radioterapia esté en marcha en su totalidad, con las consultas, que luego ya podrán ser aquí con alguna excepción, y el acelerador lineal operativo.