Reacción de Ávila en 1906 ante una astracanada sobre su Santa

D. Casillas
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Jesús María Sanchidrián, cronista oficial de Ávila, ofreció una charla en la que recordó cómo respondió la sociedad frente una obra de teatro alejada de lo canónico que se estrenó en Francia

Reacción de Ávila en 1906 ante una astracanada sobre su Santa - Foto: David Castro

El constante afán de Jesús María Sanchidrián, cronista oficial de Ávila que lleva muchos años ejerciendo de eficaz investigador, por compartir con la ciudadanía todo lo que tiene que ver con el pasado abulense y su repercusión en el presente vivió este lunes otro interesante capítulo en ese viaje por la cultura, la historia y la idiosincrasia abulense, de la mano de un acercamiento a la figura de santa Teresa tomando como base la obra de teatro que inspirándose en ella protagonizó en Francia en 1906 la entonces celebérrima Sarah Bernhardt y las repercusiones que aquella perspectiva alejada de lo canónico tuvo en nuestra ciudad.

La conferencia, titulada 'Teresa de Ávila en escena' e incluida en el programa de las XX Jornadas de Formación e Información Ciudadana que organiza la Asociación de Vecinos Puerta del Alcázar, Zona Centro, de Ávila, recordó que en aquel 1906 la sociedad abulense se rebeló contra una obra de teatro, titulada  La Vierge d'Avila: Sainte Thérèse, que aunque se había hecho sin ánimo de ofensa a Teresa de Jesús, simplemente acercándose a ella desde una perspectiva nueva, se consideró que atacaba y ofendía la imagen que de ella se había cultivado en su tierra natal.

Toda la prensa nacional se hizo eco de aquella obra de teatro, considerando de forma unánime que la imagen que se había creado de santa Teresa «era distorsionada y vergonzosa, una astracanada», y a consecuencia de ello «se crea una gran polémica en todos los medios de comunicación de España», protesta que en el caso de Ávila tomó la forma de «una manifestación multitudinaria pocos días después de la de la fiesta de la Santa, en la que se organiza otra procesión a modo de desagravio en la que participan el gobernador, el alcalde, el presidente de la Diputación y la mayoría de los abulenses».

Partiendo de aquellos hechos, y apoyando su discurso en más de un centenar de imágenes que ayudaron a entender mejor el mensaje, lo que hizo Sanchidrián fue «contrastar un poco la imagen real con la que se traslada en Francia de Santa Teresa, que no es ni mucho menos degradante, sino todo lo contrario». Y tanta fue la fuerza de aquella obra, destacó, que «la imagen de Sara Bernhardt vestida y actuando como Santa Teresa es la que se traslada a la sociedad, igual que aquí se hizo con la que creo Gregorio Fernández, y con ella se hacen postales de ella y se utiliza para reivindicar la figura de Santa Teresa».

Andando el tiempo, y de alguna manera con la obra de Bernhardt en la memoria, el poeta y dramaturgo Eduardo Marquina «estrenó en mayo de 1911 una obra que sirvió como desagravio a la 'ofensa' francesa en forma de una obra», titulada La alcaldesa de Pastrana, a la que luego sumó Santa Teresa. Estampas carmelitanas (1932), piezas que la crítica del momento recibió con aplausos por considerar que «ya era hora de que tuviésemos una obra de teatro que defendiera la virtud de Santa Teresa, sus buenas obras y su imagen histórica y tradicional de Santa Teresa», haciendo siempre hincapié en que «no como la obra que hicieron en Francia».

éxito nacional. Aquella obra de Eduardo Marquina tuvo un «éxito impresionante en España, se paseó por todas las provincias y el papel de santa Teresa lo representaron las mejores actrices del momento, como María Guerrero y Lola Membrives», un tiempo dilatado ese del primer tercio del siglo XX en el que se van sumando «opiniones y escritos sobre la mística abulense que realizaron otros autores como García Lorca, Azorín o Pardo Bazán, tomándola esta última como un icono del feminismo».

Pero la figura y la obra de santa Teresa, añadió Jesús María Sanchidrián, generó también otros escritos y otras polémicas, y en esa generosidad de «contradicciones» se detuvo también el ponente para «defender la idea de que son muchas y muy diferentes las aproximaciones que pueden hacerse» a la mística abulense, unas veces contradictorias y otras no, «porque la Santa tiene muchas lecturas desde diferentes perspectivas, por mucho que en ocasiones y desde algunas personas o ámbitos se intente realizar una especie de 'secuestro' de su mensaje».

Con esta charla, explicó su ponente, «no se pretende un profundo e integral recorrido histórico, ni literario, ni tampoco doctoral o teológico, sino tan solo recrear singulares aspectos escénicos y su repercusión mediática en la prensa de la época, lo que hacemos por la implicación en ello del público y de lectores cómplices, y por el poso que dejaron en hombres y mujeres de las artes y las letras. Así pues, se toma el teatro, motivo de la disertación programada porque es en el escenario donde mejor se produce la exposición pública y la recreación biográfica de Teresa de Jesús, una monja cercana que es mujer, madre, esposa, hermana, amiga, paisana, activista y rebelde que se convierte en un personaje de carne y hueso que respira, habla, mira y te toca».

En ese recorrido, apuntó, «aparecen autores hispanos e hispanistas asentados tanto en España como en Francia, por aquello de la diversidad creativa de ambos territorios y la percepción desigual que supuso el teatro de Santa Teresa en ambos países, lo mismo que la reacción popular y de la crítica fue tan heterogénea como ilustrativa de las corrientes ideológicas de la época. No obstante, por encima de todo siempre estará Teresa».

El acto se cerró con la actuación de la soprano Clara Álvarez Camarero, que interpretó varias canciones con letra de Santa Teresa.