Teresa de Jesús en su casa y de viva voz

Mayte Rodríguez
-

La visita teatralizada al Museo de Santa Teresa celebrada este sábado con motivo del Año Jubilar tiene visos de repetirse tras completarse aforo y agradar al público

Teresa de Jesús en su casa y de viva voz - Foto: Isabel García

La cripta abovedada que acoge el Museo de Santa Teresa formó parte de la casa natal de la familia Cepeda en tiempos de La Santa, posiblemente allí estuvieron las caballerizas dado su carácter subterráneo, aunque en aquel entonces tenía una salida hacia la calle La dama, que hoy es la parte trasera de la basílica menor dedicada a Santa Teresa de Jesús. Este sábado, la plaza de La Santa era un trasiego casi constante de turistas de fin de semana largo, muchos atraídos por la figura universal que ha llevado a Ávila a todos los rincones del mundo. Unos pocos privilegiados, sin embargo, tuvieron la suerte de caminar de la mano de Santa Teresa asistiendo a la visita guiada teatralizada que, a media tarde, se celebró en el Museo dedicado a ella. Las treinta personas que lo hicieron fueron los primeros en inscribirse en una actividad gratuita organizada por la Diócesis de Ávila, la Orden del Carmelo y el Ayuntamiento de la ciudad con motivo del Año Jubilar Teresiano en el que nos encontramos. 

El prior de La Santa, el padre David Jiménez, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes y de invitarles a «descubrir a La Santa entre estas paredes». Sin solución de continuidad, la voz de Teresa sonó en la cripta para ir acompañándoles por las distintas salas de ese lugar mientras iba narrándoles los episodios más señalados de su vida, comenzando por su infancia y reseñando anécdotas conocidas como la escapada con su hermano Rodrigo o cómo su madre le inculcó la oración desde muy temprana edad. La actriz Pilar Cuéllar fue la encargada de dar vida a Teresa de Jesús, cuya interpretación se basó en parte en los textos que dejó escritos la gran mística abulense: «Si no tenía libro nuevo, no tenía contento», afirmó, en alusión a su afición a la lectura desde niña.

Su paso por el Convento de Gracia y por el de La Encarnación, la contemplación de un Cristo llagado que tantísimo marcó su vocación y cómo acabó emprendiendo la gran reforma del Carmelo que fue capaz de llevar a cabo contra viento y marea fueron hilando un monólogo en el que bien parecía que fuera a propia Teresa quien lo pronunciara. 

La gran acogida a la visita teatralizada y el resultado de la misma llevan a la organización a valorar muy seriamente repetirla.